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2.  Retos en las luchas por los derechos de las mujeres

8 de Marzo: ¿Conmemoración o celebración del Día de la Mujer?

Eugenia Mata

Equipo Pueblo

IDEMO

 

 

También hay más libertad hoy para ser otro tipo de hombres, porque hay feministas

Es frecuente que en el “8 de Marzo” confluyan dos perspectivas encontradas: Si es un día para conmemorar la lucha de las mujeres en contra de la violencia o si es un día en donde la sociedad en general, reproduce el papel tradicional que han jugado las mujeres.

Y aunque ciertamente el 8 de Marzo no se celebra, sino que se conmemora, es decir, se recuerda que las mujeres no han estado en condiciones de equidad en relación con los hombres, el primer antecedente de lucha ocurrió el 8 de marzo de 1857 en el marco de una huelga convocada por parte de las trabajadoras textiles del Partido Socialista de Estados Unidos, donde 120 mujeres fueron asesinadas, ya fuera por disparos de armas de fuego o quienes fueron asesinadas al interior de la fábrica Textilera Cotton.

Desde hace muchos años, las feministas y los movimientos de mujeres hemos relevado como una de las mayores expresiones de las brechas de género, las violencias ejercidas en todas sus modalidades, contra mujeres en México y en la mayor parte del mundo. Por eso nos sumamos a los ¡ya basta!, que se siguen dando en todo el territorio mexicano.

Esa violencia se sustenta en su condición de género femenino, donde las concepciones, los estereotipos y conductas patriarcales–de carácter religioso o no- acrecientan la convicción sobre el papel de las mujeres y por lo tanto, quienes trasgreden estos comportamientos tradicionales –o incluso sin transgredirlos- pueden ser objeto de cualquier tipo de violencia, que, como lo demuestra el violentómetro,[1] van desde las bromas hirientes, la discriminación, hasta el feminicidio.

Baste un ejemplo en el estado de Oaxaca, donde apenas al inicio de la nueva administración estatal, -gobernado por el partido en el poder MORENA-, entre enero y febrero de 2023, han ocurrido 20 asesinatos de mujeres. ¡En sólo dos meses!, sin contar los de la administración pasada de Alejandro Murat, que  en el mes de diciembre, acumuló 13 asesinatos.[2]  ¿Dónde está la diferencia?

Si lo ubicamos a nivel nacional, el 2023 arrancó con 302 muertes violentas de mujeres durante enero, un promedio de 10 al día, reportó el Gobierno[3]; es decir, casi 10 mujeres al día fueron asesinadas, calificadas como homicidio doloso o como feminicidio.

El mismo Informe del gobierno, detalla que las víctimas tenían más de 18 años, 22 eran niñas o adolescentes, mientras que en 34 casos no se especificó la edad. En cuanto a quienes fueron asesinadas por homicidio doloso, el 74%, utilizó armas de fuego; 15% ciento "otros" elementos y 7% arma blanca, entre otros. Mientras quienes fueron víctimas de feminicidio, el 40% recurrió a "otros" elementos; 28% arma blanca; 26% arma de fuego y en el 6% no se especificó. Releva a su vez, que una buena parte de las mujeres adultas, ya habían sido objeto de acoso personal y violencia sexual en lugares públicos.

A lo largo de la última década, 2 de cada 3 mujeres de quince años de edad o más, es decir, poco más de 66%, ha sufrido de alguna de las distintas violencias: física, emocional, sexual, económica o patrimonial. Las violencias contra las mujeres han estado presentes en todos los ámbitos de su vida cotidiana, como el familiar, escolar, laboral, comunitario y de pareja.[4]

 

Sabemos que dicha problemática, no es exclusiva de México, sino abarca al conjunto de los países de América Latina y El Caribe. Según el Observatorio de Igualdad de Género de América Latina y el Caribe (OIG)[5] en 2021, al menos 4.473 mujeres fueron víctimas de femicidio o feminicidio en 29 países y territorios de la región. Esto representa al menos 12 muertes violentas de mujeres por razón de género cada día en la región.

 

El mismo Observatorio refiere que: en 2021, de los 18 países o territorios de América Latina que proporcionaron información, 11 presentaban una tasa igual o superior a 1 víctima de femicidio o feminicidio por cada 100.000 mujeres. Las mayores tasas de femicidio o feminicidio en América Latina se registraron en Honduras (4,6 casos por cada 100.000 mujeres), El Salvador (2,4 casos por cada 100.000 mujeres), Bolivia (1,8 casos por cada 100.000 mujeres) y Brasil (1,7 casos por cada 100.000 mujeres).

En el Caribe, un total de 28 mujeres fueron víctimas de violencia letal de género en 11 países y territorios que entregaron información correspondiente a 2021: República Dominicana (2,7 casos por cada 100.000 mujeres), Belice y Guyana presentaron las mayores tasas de femicidio o feminicidio en el Caribe (3,5 y 2,0 por cada 100.000 mujeres, respectivamente). [6]

Las mujeres y niñas son uno de los grupos que menos se benefician del sistema económico actual. Dedican miles de millones de horas a cocinar, limpiar y cuidar de los niños y niñas y las personas mayores. El trabajo de cuidados es el motor oculto que mantiene en funcionamiento nuestras economías, empresas y sociedades. Este trabajo recae principalmente sobre las mujeres, por lo que apenas tienen tiempo para recibir una educación, ganar un salario digno o participar en la toma de decisiones en la sociedad. Esto las atrapa en la parte más baja de la pirámide económica.[7]

Ello las coloca en una situación de mayor vulnerabilidad, al no contar con medios para defenderse, lo que explica el aumento de las violaciones y los secuestros a este segmento de la población. Retomamos algunos de los datos que ofrece en su Informe la asociación Iniciativa Acción Ciudadana Frente a la Pobreza, donde destaca que el 61% de las mujeres susceptibles de conformar la PEA, se encuentran desocupadas y disponibles[8], lo que da nada menos que la cantidad de 4 millones 434 mil, sin trabajo.[9]

Según reportes del Instituto Mexicano de la Competitividad (IMCO), las entidades donde las condiciones de trabajo para las mujeres son peores que en cualquier otra parte del país son: Chiapas (26.8), Tlaxcala (27.8), Veracruz (28.3), Guanajuato (28.4), Hidalgo (30.8), Guerrero 30.9) y Oaxaca (31.8). [10] En una escala de medición, en la que estos estados alcanzaron un promedio de 43 de 100 puntos.

 

Respecto a la aplicación de la justicia y evitar la impunidad, en los países de la región de América Latina y El Caribe, las víctimas y sus familiares tienen que enfrentarse a los complejos sistemas de procuración de justicia, que en la mayoría de nuestros países incumplen las leyes, los protocolos establecidos, así como lo estipulado en la materia, en el Sistema de Procuración de Justicia Internacional a la que la mayoría de los países están obligados a cumplir, al haberlo suscrito.

Las cifras no mienten; en México desafortunadamente estamos hablando de que la violencia sigue siendo un problema que va en aumento, a la par de la gran impunidad. Ver la siguiente gráfica:[11]

 

PRESUNTAS VÍCTIMAS DE FEMINICIDIO EN MÉXICO

Enero – Agosto 2022

Fuente: Serendipia. Disponible en https://public.flourish.studio/visualisation/12886562/

 

¿Por qué las estadísticas y los diversos sucesos de violencia, no logran revertirse?

 

Sin lugar a dudas es la hegemonía persistente del patriarcado, que afecta a todas las mujeres, sean pobres, ricas, indígenas o no; de todos los niveles educativos, culturas y geografías.

Los cambios legislativos, la creación de nuevas instituciones y la generación de protocolos en el diseño y aplicación de políticas públicas bajo el enfoque de género, no han logrado erradicar el patriarcado, que se evidencia en la interpretación que las y los servidores públicos hacen en los programas, así como en el pensamiento y comportamiento social, incluyendo a las propias mujeres.

Llevamos cientos de años bajo ese esquema patriarcal, que da cuenta de las cifras relevadas, sin dejar de lado el subregistro de los casos de mujeres asesinadas, pero también de quienes aún vivas, sufren múltiples eventos de violencia, marginación y discriminatorios, impidiéndoles  ejercer plenamente sus derechos y mejorar su vida como seres humanos. Como dice el Antropólogo Claudio Loomitz, se genera una geografía del silencio en lo que se refiere por ejemplo, a la no denuncia de las desapariciones forzadas.

En respuesta la movilización y la agenda de las mujeres se fortalecen

La sociedad es mejor, la democracia es más democrática, porque hay feministas

 

Las múltiples movilizaciones que han realizado las mujeres, a lo largo y ancho del país, de todas las clases sociales, de diversas ideologías e identidades han contribuido a visibilizar esta situación. Podemos compartir o no, algunas de sus estrategias, pero lo cierto es que el enojo social ha ido in crescendo y ha colocado este fenómeno ante los ojos de toda la sociedad.

En el ámbito internacional, ya sea a través de la "Marcha de las Mujeres", las iniciativas #MeToo, #NiUnaMenos y #TotalShutdown y muchos otras, el poder de los movimientos feministas ha sido particularmente evidente en los últimos años, ante una violencia hacia las mujeres que no se detiene ni revierte.

De igual manera, la Oficina del Alto Comisionado de Derechos Humanos (OACNUDH), en su Sesión del 2021, refiriéndose a la violencia contra las mujeres en América Latina y el Caribe, determinó una serie de compromisos a trabajar a la par de los Estados, las instituciones nacionales de derechos humanos (INDH),[12] la sociedad civil y otras partes interesadas de todo el mundo:​

Reformar las leyes y políticas discriminatorias que permiten la discriminación por motivos de género y armonizarlas con el derecho internacional de los derechos humanos;
 

Transformar las normas sociales discriminatorias y los estereotipos de género dañinos, en estructuras sociales y relaciones de poder más equitativas para todos los géneros;
 

Garantizar el goce de la salud y los derechos sexuales y reproductivos para todos;
 

Proteger y ampliar el espacio cívico de las mujeres defensoras de derechos humanos y los movimientos feministas;
 

Facilitar la participación igualitaria de mujeres, hombres y personas de diversas identidades de género en la vida civil, política, económica, social y cultural, entre otras.

Desafíos y tareas

Legislación y políticas públicas dirigidas a la protección y defensa de los derechos humanos de las mujeres

  • La revisión exhaustiva de las políticas públicas, para que en la aplicación de la justicia, no se dé lugar a interpretaciones, que susciten falsedades, vacíos legales o incluso se revierta la justicia en contra de las mujeres; los ejemplos abundan traducidos en: encarcelamientos, despojos, acusación falsa de delitos y/o la no sanción a los culpables, acoso y violaciones sexuales de quienes están encarceladas, todo ello fomentando una gran impunidad.
     

  • Además de la incorporación del enfoque de género, está el de la interculturalidad, bajo los principios de igualdad y no discriminación, erradicando: acción de exclusión, exclusividad, o restricción por su edad, sexo, embarazo, estado civil, idioma, religión, ideología, orientación sexual, género, color de piel, color de piel, nacionalidad, origen, posición social, trabajo o profesión, posición económica, carácter físico, capacidades distintas, apariencia o estado de salud, y cualquier acción que atente contra la dignidad humana.
     

  • La desconstrucción de pensamientos que han asumido hombres y mujeres servidores públicos, que estigmatizan a las mujeres, debido a la no incorporación de los principios arriba mencionados.
     

  • La sanción a quienes en el ejercicio de la procuración y administración de justicia incurran en los comportamientos mencionados, siempre conforme a la ley, pero en donde sea indiscutible su infracción

La familia, la educación, el trabajo y la sociedad en su conjunto

 

  • Durante la Pandemia del COVID 19, se evidenció que la violencia intrafamiliar es uno de los espacios donde más se produce, al estar confinadas las mujeres.
     

  • Se requiere trabajar al interior de la familia para favorecer relaciones de equidad entre los géneros, modificando las relaciones de poder masculinas sobre las mujeres
     

  • Modificar las formas de pensamiento construidas ancestralmente como es que Dios así lo quiso o lo haces, porque yo traigo el dinero a casa.
     

  • De igual manera modificar el entorno en los centros de trabajo, en las organizaciones, partidos políticos y cualquier otro espacio de convivencia social.
     

  • Denunciar ante las autoridades correspondientes cualquier tipo de violencia.
     

Notas: 

[1] El Violentrómetro es un nivelador de violencia para saber y conocer, cuando una persona sufre violencia de género

[2] Con datos de GESMujer, AC

[3] Informe "Indicadores Básicos sobre la Violencia hacia las Mujeres". Secretaría de Gobernación. Febrero 2023

[4] Indicadores básicos sobre la Violencia contra las mujeres. Grupo Interinstitucional de Estadística,  INMUJERES; Junio 2022
 

[5] CEPAL: Al menos 4.473 mujeres fueron víctimas de feminicidio en América Latina y el Caribe en 2021. Comunicado de prensa, 24 de Noviembre de 2022. CEPAL
 

[6] Ídem
 

[7] “La Ley del Más Rico”, perjudica a mujeres y niñas;  Oxfam; Boletín La Minuta, Servicios para una Educación Alternativa,  26 de enero de 2023
 

[8] La Comisión Económica para América Latina (CEPAL), las denomina como personas desalentadas

[9] Desempleo al Desnudo, del Observatorio del Trabajo Digno; Acción Ciudadana Frente a la Pobreza, México, 20 de Febrero 2023
 

[10] Citado por Citlalli López Velázquez en  Informe con #LupaDeGénero2022. Instituto Mexicano de la Competitividad; 2 de Marzo de 2023
 

[11] Feminicidios en enero de 2023, Oaxaca está en primer lugar. Grupo de Estudios sobre la Mujer “Rosario Castellanos”, GESMujer; 27 de Febrero de 2023
 

[12] Foro Generación Igualdad en México Sesión: La crisis de los derechos humanos de las mujeres y las niñas, incluido en el contexto de la COVID-19 y las cuestiones de migración, justicia social y racial, 30 marzo 2021

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