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1. La pandemia en México: la economía y las decisiones del Ejecutivo
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El sector energético en México y la oportunidad de cambio en el marco de la pandemia

 
Lilia García Manrique[*]

Estudiante de doctorado en Economía, Universidad de Sussex

@LilisGaMa

Los gobiernos del mundo se encuentran ante escenarios de incertidumbre al enfrentar la pandemia del coronavirus que se ha extendido a 185 países. Esto ha venido a reconfigurar el día a día de las personas a nivel internacional con implicaciones en las economías, una demanda estancada y una necesidad de detener ciertas cadenas productivas o acelerar otras, como el caso de material médico.

Uno de los mayores impactos ha sido en la movilidad de las personas, los viajes internacionales están detenidos y a nivel local se pide que se reduzca al máximo el número de viajes, disminuyendo la demanda de gasolina. Por otro lado, la solicitud de aislamiento ha generado un incremento en la demanda de electricidad residencial. El sector energético se enfrenta a cambios estructurales en la oferta y la demanda que nunca había visto antes y en México los efectos tendrán repercusiones a largo plazo en el desarrollo del país.

 

Pemex, la OPEP y el Covid-19

El 20 de abril de este año los precios del petróleo alcanzaron precios negativos, para México eso significó que del viernes al lunes el precio de la Mezcla Mexicana pasó de 14.35 dólares por barril a -2.37 dólares, en un escenario sin antecedentes en la historia. La baja demanda de petróleo a nivel internacional generó que, al vencimiento de contratos de futuro petroleros, no hubiera compradores para los barriles que estos instrumentos representaban. Esto porque la capacidad de almacenamiento petrolero había sido sobrepasada generando un costo mayor infranqueable para los precios actuales; estos barriles ya no eran rentables. Para México, eso representó la contratación de al menos 70 buquetanques cada uno con un costo entre 20 mil y 30 mil dólares diarios. Cada buquetanque tiene una capacidad de entre 200 mil y 300 mil barriles, mismos que complementan las 77 terminales de almacenamiento de Pemex; esta empresa tiene una capacidad de 12 millones de barriles, que en condiciones normales es 2.9 días de abastecimiento del país (Strategy&, 2019; Solís, 2020c). Si bien esta crisis de almacenamiento desplomó los precios, el problema de los precios del petróleo se venía gestando desde antes.

El 6 de marzo, después de varias reuniones entre la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo) liderada por Arabia Saudita y la OPEP+ que dirige Rusia, esta última decidió que los planes para recortar la producción petrolera no le eran convenientes y decidió romper el acuerdo de reducción de producción petrolera con la OPEP[1]. Esto inmediatamente redujo el precio del petróleo y generó incertidumbre en el mercado, además de la ya evidente crisis del coronavirus. Las semanas siguientes con la mayoría de los países restringiendo o cancelando vuelos e imponiendo cuarentenas, la demanda del petróleo se desplomó.

Ante un esfuerzo de conciliación, el 9 de abril se reunieron de nuevo los países OPEP y OPEP+ para llegar a un acuerdo de recorte de producción petrolera. Para México, esta reunión representó una negociación que duraría más de nueve horas por los 400 mil barriles que pedía recortar la OPEP. Al final, México se comprometió a recortar 100 mil barriles y Estados Unidos ofreció cooperar con 250 mil barriles para cumplir con las demandas del cártel. Las razones para oponerse a este recorte son varias e intervienen diferentes causas.

La vulnerabilidad de la seguridad energética en México

El gobierno actual se ha propuesto revivir a Pemex, de ahí que uno de los proyectos más ambiciosos de este mandato sea la construcción de una refinería. En una parte, esta meta surge de la falta de seguridad energética del país, es decir, la alta vulnerabilidad del sistema energético. En particular, la gran dependencia que se tiene hacia Estados Unidos; México exporta crudo e importa de EUA 80% de la gasolina que usa y 65% del diésel. Sin embargo, con los precios actuales del petróleo, la viabilidad de la refinería está en duda, aunque antes ya se había puesto en entredicho la factibilidad del proyecto.

En esta idea de impulsar el sector petrolero, el gobierno actual ha hecho un gran hincapié en la exploración y extracción de nuevos pozos, tan solo en 2019 se identificaron 20 proyectos nuevos y para finales de este año se calcula que tres nuevos campos empezarán su producción.

En esta idea de impulsar el sector petrolero, el gobierno actual ha hecho un gran hincapié en la exploración y extracción de nuevos pozos, tan solo en 2019 se identificaron 20 proyectos nuevos y para finales de este año se calcula que tres nuevos campos empezarán su producción.

De lograr un incremento en la extracción de crudo, se paliaría la baja producción que se ha tenido en los últimos años. Tan solo para este trimestre se produjeron 33,732 barriles diarios representando el 42% de la meta sugerida de 80 mil barriles diarios, mismos que se atribuyeron a la falta de infraestructura, mal clima y problemas operativos en perforación de pozos (Solis, 2020a). La reducción solicitada por la OPEP significaba cerrar algunos pozos, proceso que es costoso en eficiencia, ya que, una vez que se suspende la extracción, al reactivarse, pierde presión y eficiencia en su producción. Si el gobierno quiere alcanzar su meta de producción, la suspensión de producción petrolera puede resultar costosa en eficiencia.

Pemex opera con equipo mínimo en plataformas para evitar contagios

Sin embargo, la industria petrolera también se ha visto afectada por el coronavirus en términos operativos. En los últimos días, al menos 268 trabajadores de Pemex han sido reportados como positivos de coronavirus con 5 defunciones, esto ha orillado a reducir el número de trabajadores en las plataformas. Tan solo en Cantarell, pozo que contribuye al 50% de la producción nacional, se desalojarán 655 trabajadores con el objetivo de reducir a la mitad la población en la plataforma para evitar contagios. Ante estas medidas, Pemex anunció que seguirá operando con el equipo mínimo. Con este panorama y considerando la baja eficiencia de los pozos se puede pensar que la producción petrolera estará más castigada este año.

Sumando los problemas operativos, la meta de aumentar la producción de crudo se ve obstaculizada por bajos precios y altos costos de extracción. De los yacimientos actuales, se calcula que el 50% de la producción petrolera es insostenible a un precio de extracción de $30 dólares por barril. El director general de Pemex, Octavio Romero Oropeza, mencionó que los costos promedio de extracción de los nuevos pozos (Quesqui, Ixachi, Tlacame y Mulah) son muy bajos, en un rango de 4.8 dólares por barril (Solís, 2020a). Pero con los precios actuales del petróleo incluso costos en este rango son insostenibles.

 

Las finanzas endebles de Pemex

El 17 de abril en medio de incertidumbres sobre los acuerdos de la OPEP y el coronavirus, dos calificadoras, Moody’s y Fitch Ratings, bajaron la calificación de Pemex, esto ante la tambaleante posición de Pemex en el panorama internacional. Una de las peticiones para que las calificadoras pudieran mejorar su evaluación es que el gobierno mexicano dé una garantía irrevocable de un 75% de la deuda de Pemex, sin embargo, ante los bajos precios del petróleo y baja demanda, esto resulta una petición difícil (Solis, 2020b).

Debido a las necesarias medidas de precaución para detener el coronavirus, como la cuarentena y movilidad limitada, se calcula que la demanda de gasolina en México ha caído en un 13.5% (SIE, 2020) y en algunos lugares alcanza la magnitud de 60% con expectativas de que alcance un 70% durante la fase tres de la cuarentena (ONEXPO, 2020). La baja demanda interna, externa y los precios de petróleo a un mínimo histórico e inédito generan una presión para Pemex que pone en entredicho su viabilidad financiera, aunque cuenta con coberturas petroleras que podrán subsanar sus finanzas.

México cuenta con dos coberturas petroleras[2], una que contrata la Secretaría de Hacienda y Crédito Público y otra que es contratada por Pemex. La prima que compra la SHCP es cubierta por el Fondo de Estabilización de los Ingresos Presupuestarios (FEIP) y el monto se mantiene en secreto para evitar inversiones ventajistas y especulaciones; estas coberturas se realizan desde 2001.

Las coberturas de Pemex se realiza desde 2017 y los precios de contrato están por debajo de los que estipula la Ley de Ingresos de la Federación, es decir por debajo de la contratada por SHCP. Considerando el pronóstico publicado del FEIP y con los datos de Pemex, se calcula que este año la producción petrolera está asegurada en un 55% por las coberturas de la SHCP y en un 32% por Pemex, siendo que el restante 13% lo cubrirá la FEIP (Pech, 2020).

El manejo de estas coberturas resulta clave en la situación actual de inversiones detenidas por efecto del coronavirus. Ante un escenario en el que habrá estímulos fiscales, bajas tasas de interés y bajos precios de petróleo, la recuperación económica podría estar acompañada de una matriz energética con mayor participación del petróleo. Por lo tanto hay un llamado a que los fondos de cobertura consideren ser invertidos en energías limpias[3] y en mercados nacionales o bien en alianzas de empresas internacionales con nacionales (Saidi, 2020). Usualmente se sugeriría que la recuperación económica viniera de industrias menos intensivas en carbono como los servicios, pero ante la pandemia del coronavirus, estos sectores se han vuelto los más afectados y serán los que necesiten de una inyección de recursos. Hoy Pemex puede volverse un motor que logre la recuperación de la economía, de generarse un plan de inversión en energías limpias o que impulse la economía nacional las calificadoras eventualmente mejorarían la calificación de Pemex incrementando sus perspectivas ante inversionistas. 

 

Los costos de CFE

Durante la segunda fase del plan para contener el coronavirus, CFE mencionó que la SHCP había hecho un recálculo por la inflación generando así un incremento en las tarifas. Dado el panorama de una gran proporción de los trabajadores laborando en sus hogares, la Confederación de Cámaras Industriales (Concamin) se pronunció en contra de esta medida. Además era incomprensible en la situación actual de precios bajos de petróleo[4] por lo que inmediatamente CFE sacó un comunicado donde anunciaba que este incremento no procedería. A manera solidaria, también se estableció que incluso si un usuario residencial cambiaba a una tarifa mayor durante el periodo de cuarentena, CFE no haría el ajuste de incremento de tarifa.

Estas medidas resultan positivas para el usuario final en el corto plazo; sin embargo, las repercusiones para la finanzas de la CFE resultan negativas. Primero, hay que entender que las tarifas eléctricas son catalogadas por regiones geográficas, una vez considerada esta distinción se divide en siete tarifas donde la más alta es la que más consume y no tiene ningún subsidio; todas las otras tarifas están subsidiadas dependiendo del rango de consumo.

Esta división de tarifas es ineficiente y genera subsidios cruzados, es decir, al final los que más consumen terminan obteniendo un mayor subsidio que los que menos consumen. Estas ineficiencias en el cálculo de las tarifas repercuten en la competitividad de CFE. Además, asumiendo un cálculo correcto de la tarifa, un usuario doméstico no debería de cambiar de rango tarifario, incluso con un cambio en consumo como el causado por estar más tiempo en casa. Esta medida de congelar tarifas solo refiere a la ineficiencia en cálculos de tarifas eléctricas.

Los problemas de CFE son estructurales, tan solo de 2017 a 2019 hubo un aumento del 25% en el costo de la energía eléctrica por saturación. Este problema se debe principalmente a la falta de líneas de transmisión eléctrica, lo que satura la distribución y genera mayores costos. El problema no es menor si consideramos que esto conlleva problemas de cortes eléctricos y genera una baja confiabilidad en la red. En una situación de emergencia sanitaria y en la que muchos trabajadores dependen de tener una distribución segura de electricidad, problemas estructurales como los que tiene CFE pueden resultar caros en términos económicos y sociales.

Esfuerzos como la reforma energética aseguraban que transformaría la estructura de CFE y trabajaría más cercana a condiciones del mercado, sin embargo, las distorsiones que tiene en su cálculo de tarifas son un problema difícil de cambiar. Eliminar subsidios del sector eléctrico tiene un costo político muy alto, similar al costo que fue eliminar los subsidios a la gasolina en 2017 por lo que, aunque necesario, son medidas que difícilmente algún gobierno quiera tomar. Si bien el anuncio que dio CFE está enfocado a ser solidario en estos momentos, los subsidios y distorsiones tarifarias solo incrementarán su deuda en un momento en que ninguna empresa del Estado quisiera optar por esta medida.

 

Lo que se debe aprender

México fue un país que llegó a depender en un 40% de los ingresos petroleros, actualmente estos representan el 16% del presupuesto nacional. Aún así toda actividad productiva es altamente dependiente en recursos fósiles nacionales y, en gran medida, importados. En estas condiciones, no solo está a merced del mercado del petróleo, sino también a los vaivenes del tipo de cambio y cualquier exabrupto que tenga en mente nuestro vecino del norte.

El 4 de abril, después de varias semanas con el precio del petróleo a la baja, el presidente Andrés Manuel López Obrador declaró que es necesario pensar en energías limpias y no depender en su totalidad del petróleo. Esta declaración contrasta con sus políticas de impulsar refinerías y criticar los parques eólicos de la Rumorosa en Baja California. En estos momentos, cuando las medidas para superar esta crisis sanitaria y económica estarán enfocados en reactivar la inversión, será necesario que México enfoque sus recursos en virar a energías verdes que le permitan mejorar su seguridad energética de tal forma que la próxima crisis la enfrente en una posición más estable dentro del sector. Habrá que ver si el gobierno asimila esta crisis como una oportunidad de cambio.

 

Notas

[*] Correo de contacto: lilia.garcia.manrique@gmail.com

[1] Esta estrategia es una reacción para frenar el avance del gas shale estadounidense, dónde, una disminución de los precios del petróleo significan la inviabilidad y posible quiebra de muchos pozos de gas en Estados Unidos.

[2]1Las coberturas petroleras se contratan a un precio y si el precio real de mercado es menor al precio contratado México puede solicitar esa diferencia de la institución con quien contrató la cobertura.

[3] Si bien la reducción de precio de petróleo agravará más la reducción en demanda de energías limpias, estas tienen la ventaja de ser menos volátiles que las fuentes fósiles, esta reducción en incertidumbre es una gran ventaja de las energías limpias.

[4] El sector eléctrico mexicano depende en un 74% de recursos fósiles para su generación.

Fuentes

ONEXPO. (17 Abril, 2020). Coronavirus tira 60% la demanda de gasolina en México. Obtenido de ONEXPO: https://www.onexpo.com.mx/NOTICIAS/CORONAVIRUS-TIRA-60-LA-DEMANDA-DE-GASOLINA-EN-MEXI/

Pech, R. (13 de febrero de 2020). Coberturas petroleras: historia, qué cubren y qué no cubren. Obtenido de Energiahoy: https://energiahoy.com/2020/02/13/coberturas-petroleras-historia-que-cubren-y-que-no-cubren/

Saidi, N. (14 de Abril, 2020). The GCC’s double dilemma: Tackling COVID-19 and falling oil prices. (N. Kabbani, Entrevistador)

SIE. (2020). Información Estadística. Retrived from http://sie.energia.gob.mx/

Slav, I. (9 de Abril de 2020). Mexico Rejects Global Plan To Cut Oil Production. Obtenido de Oilprice: https://oilprice.com/Energy/Crude-Oil/Mexico-Rejects-Global-Plan-To-Cut-Oil-Production.html

Solís, A. (28 de Abril de 2020a). Campos prioritarios de Pemex incumplen meta de producción en marzo. Obtenido de Forbes México: https://www.forbes.com.mx/negocios-campos-prioritarios-Pemex-rezago/

Solis, A. (20 de Abril de 2020b). ¿Qué quieren las calificadoras de Pemex para mejorar su nota crediticia? Obtenido de Forbes México: https://www.forbes.com.mx/negocios-calificadoras-Pemex-calificacion/

Solís, A. (22 de Abril de 2020c). Por terminales saturadas, Pemex renta 70 barcos para almacenar combustible. Obtenido de Forbes México: https://www.forbes.com.mx/negocios-terminales-saturadas-Pemex-renta-70-barcos-almacenar-combustible/

Strategy&. (2019). Almacenamiento de petrolíferos en México: retos y oportunidades. PWC network

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