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3. MIGRACIÓN Y CRISIS HUMANITARIA: GUATEMALA Y MÉXICO
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Foto de Cuartoscuro

El despertar del monstruo: el auge reciente de la xenofobia en México

 
Alexandra Haas Paciuc

Presidenta de CONAPRED

En octubre de 2018, empezaron a circular en los medios de comunicación de México y otros países imágenes de personas que avanzaban en grupos de miles hacia la frontera de nuestro país con rumbo a los Estados Unidos. La prensa las llamó “caravanas migrantes”, y se presentaron como una medida desesperada de mujeres, hombres, niñas, niños, adolescentes y jóvenes para cruzar de manera segura territorio mexicano en dirección a la frontera del Río Bravo.

Durante su paso por México, aquella “primera caravana” fue recibida con cierto desconcierto, pero, sobre todo, con muestras abiertas de solidaridad por parte de organizaciones de la sociedad civil, activistas, pobladores de las comunidades de tránsito, asociaciones religiosas, así como varias autoridades de los tres órdenes de gobierno en México. En esos días, se montaron albergues con servicios médicos y de alimentación; se dispusieron autobuses para el traslado de las personas migrantes; y la sociedad civil apoyó de otras muchas maneras a quienes llegaban agotados después de cada trayecto por el país. Luz, una mujer migrante hondureña que viajaba con sus tres hijos pequeños, dijo que estaba “agradecida con el pueblo mexicano por haberles abierto las puertas”[1].

Aquella no fue la única caravana que cruzó México, ni la única forma en que las y los migrantes han atravesado el país. Sin embargo, la llegada de más personas migrantes no fue recibida con el mismo entusiasmo solidario que la primera caravana. El rechazo a esta población, así como los llamados a que el gobierno mexicano tome actitudes de mano dura contra ella están creciendo con fuerza. Por mencionar algunos ejemplos: en noviembre de 2018, tres de cada 10 (32%) personas no estaban de acuerdo en que el gobierno mexicano permitiera la entrada de la caravana migrante al país; en abril de 2019, la cifra había aumentado a casi seis de cada 10 (58%)[2] En junio de 2019, casi la mitad de las población (44.4%) estuvo de acuerdo en que se debía de expulsar inmediatamente del país a las personas migrantes indocumentadas; la cifra en octubre de 2018 era casi 20 puntos porcentuales más baja (27.6%)[3]. Finalmente, otra casa encuestadora encontró en octubre de 2018[4] que cuatro de cada diez personas (42%) estaba en desacuerdo con que el gobierno mexicano ofreciera trabajo a migrantes de Centroamérica; para junio de 2019, la cifra llegó a más de seis de cada 10 (63.1%) en una nueva encuesta[5].

Los orígenes del cambio de actitud en México

Este cambio de actitud no surgió de la nada. En México ya había un número importante de personas que mostraban desconfianza, si no es que franco rechazo hacia las personas extranjeras y migrantes. De acuerdo con la Encuesta Nacional sobre Discriminación 2017 (ENADIS), un ejercicio representativo a nivel nacional y estatal, alrededor de cuatro de cada 10 personas no vivirían con una persona extranjera; casi una de cada cuatro (23.4%) está de acuerdo en que cuando hay desempleo se debe negar empleo a las personas extranjeras; más de seis de cada 10 (65%) creen que a las personas que huyeron de sus países por violencia o desastres naturales, el gobierno debería regresarlas a sus lugares de origen o mantenerlas en un refugio hasta que puedan regresar.[6]

A esta base social latente, se han sumado expresiones abiertas de rechazo hacia las personas migrantes. Desde la llegada de la segunda caravana (noviembre de 2018), en la que se difundió en medios de comunicación y redes sociales un enfrentamiento entre algunos de sus integrantes y la Policía Federal en la frontera sur de México, comenzaron a aparecer discursos y expresiones contra las y los migrantes, basadas en prejuicios, estereotipos y estigmas, e impulsadas por distintos actores sociales. Por mencionar un ejemplo, durante el mismo noviembre de 2018 se realizó una marcha en la ciudad de Tijuana contra las personas de Centroamérica que llegaron con la segunda caravana y se escucharon consignas como “migrantes sí, delincuentes no”, “primero nuestros pobres” o “no a la invasión”[7].

Desde entonces, este tipo de mensajes se ha reproducido con frecuencia en distintos medios; en redes sociales, por ejemplo, se han difundido noticias falsas sobre las caravanas migrantes[8], así como videos y grabaciones de audio donde se “advierte” de la supuesta amenaza que representan las personas migrantes en México[9]. Algunos medios de comunicación e incluso actores políticos también han difundido mensajes que refuerzan prejuicios, estereotipos sobre esta población o que, incluso, la criminalizan. Por ejemplo, durante los primeros días de septiembre de 2019, en diversos portales de noticias y diarios de circulación nacional se difundieron las siguientes noticias sobre personas migrantes en Tapachula, Chiapas: “Migrantes africanos vandalizan módulo migratorio en Chiapas”[10]; “Migrantes lanzan sillas y mesas a estación migratoria en Chiapas”[11]; “A mordidas y rasguños africanos enfrentan a la Guardia Nacional”[12].

Detrás de estas expresiones de rechazo a las personas migrantes en México se encuentran tres fenómenos sociales profundamente enraizados: xenofobia, racismo y aporofobia.  La primera consiste en las “actitudes, prejuicios y conductas que rechazan, excluyen o desprecian a las personas, basadas en la percepción de que no pertenecen o son extranjeros a la comunidad, sociedad o identidad nacional”[13]. El racismo, en cambio, se define como “la creencia de que ciertos seres son mejores que otros; es la idea de que la apariencia física está unida a la cultura, a cualidades morales y capacidades intelectuales. El pensamiento racista ubica el cuerpo de las personas en un lugar definido, les dice qué sí y qué no pueden hacer, o aspirar a lograr, de acuerdo con su apariencia, pues cree que en el aspecto físico de las personas están impresas sus prácticas, sus maneras de comportarse y de pensar”[14].

La xenofobia y el racismo suelen afectar a las mismas personas, por lo que en ocasiones se cree que se trata del mismo fenómeno, sin embargo, en realidad se trata de problemas distintos: como menciona la UNESCO, mientras el rechazo que surge del racismo se concentra en características físicas de las personas, como el tono de piel, el tipo de cabello o los rasgos faciales, las conductas xenófobas se basan en la idea de que las y los otros “no pertenecen” a “nuestra” comunidad, región o país [15].

A estos dos fenómenos, se suma la aporofobia, término creado por la filósofa española Adela Cortina para referirse “al odio, miedo, repugnancia u hostilidad ante las personas pobres, que no tienen recursos”. Para esta autora, este fenómeno se relaciona con una concepción contractual de la sociedad: “estamos dispuestas a dar siempre que sepamos que vamos a recibir”. En ese sentido, se valora mucho más a una persona migrante que cuente con recursos económicos, por ejemplo, las y los inversionistas extranjeros en México, que a quienes no tienen las mismas posibilidades. La gran diferencia entre unos y otros “radica en que la sociedad reconoce que los primeros aportan una ganancia, mientras que los segundos no tienen fichas para el juego del intercambio”[16].

Entonces, el rechazo reciente a las personas migrantes centroamericanas y de origen africano se alimenta de estos tres fenómenos: se les considera “indeseables” por ser de otro país o comunidad “distinta a la mexicana”; por su tono de piel, forma de hablar y otros rasgos físicos o culturales; pero sobre todo, se les rechaza porque son personas que viven en condiciones de pobreza y exclusión que, se considera, aportan menos de lo que contribuyen a nuestro país. 

Estas creencias no tienen fundamento en la realidad. Una y otra vez, la historia nos muestra que las personas no son mejores o peores solo por su origen étnico o nacional, tono de piel, lengua, ni por ninguna otra característica similar. También existe evidencia de que las personas migrantes contribuyen de manera importante a las comunidades donde llegan, y en muchas ocasiones, dichas aportaciones superan los costos que podrían implicar para los países receptores[17].

El potencial de la migración de destino en México

La migración de destino en México está compuesta por población joven y en edad de trabajar; en fechas recientes también han aumentado los grupos familiares donde las mujeres, las niñas, niños y adolescentes se suman en números cada vez mayores. La contribución de todas estas personas puede ser enorme para nuestro país, no solo en términos económicos, sino también culturales y sociales.

Pero además de los potenciales beneficios que puede traer la migración, el Estado mexicano tiene un compromiso fundamental con el respeto a los derechos humanos de todas las personas. La reforma constitucional de 2011 establece la obligación de las autoridades del Estado mexicano, sin excepción, de proteger, promover, respetar y garantizar los derechos humanos en el ámbito de sus competencias y sin discriminación por motivos injustificados como el género, la edad, el estado civil, la condición de salud, el origen étnico o nacional, y cualquier otra que atente contra la dignidad humana y tenga por objeto anular o menoscabar los derechos y libertades de las personas.

Con base en este mandato, el Estado mexicano tiene la obligación legal, pero también moral, de combatir las peores expresiones de racismo y xenofobia. Y debe hacerlo de manera integral, incluyendo a múltiples actores, sectores y en todos los niveles de gobierno, pues un fenómeno tan amplio y con raíces tan profundas, sólo se podrá resolver con la participación de todas y todos. En este esfuerzo, será fundamental la participación de actores clave, como al sector privado, la sociedad civil y, de manera central, los medios de comunicación. También es fundamental que combatamos la xenofobia desde el sistema educativo, con información confiable, veraz, y sin reproducir más prejuicios, estereotipos y estigmas sobre las personas migrantes.

No podemos olvidar que el racismo y la xenofobia han tenido efectos devastadores en la historia de la humanidad. Basados en ideas de superioridad étnica y racial se han justificado atrocidades y genocidios como los ocurridos durante la segunda guerra mundial contra la población judía, en Guatemala con los pueblos y comunidades indígenas, en Bosnia contra la población musulmana de la ciudad de Srebrenica, o en Ruanda contra la población tutsi.

Estos crímenes de lesa humanidad deben recordarnos los extremos a los que puede llegar el odio motivado por prejuicios xenófobos y racistas. Debemos recordar para impedir que algo semejante vuelva a pasar. Y el primer paso para no olvidar es insistir, una y otra vez, que más allá de nuestro origen nacional o étnico, nuestra lengua o tono de piel, y nuestra condición económica o social, somos personas iguales en dignidad e iguales en derechos.

Notas

 

[1] BBC News Mundo. (2018). "Caravana de migrantes, cómo viven en un improvisado albergue de la CDMX". Recuperado de BBC News Mundo sitio web: https://www.bbc.com/mundo/noticias-america-latina-46134844

[2] Francisco Abundis. (2019). “De la solidaridad a la defensa del territorio”. Recuperado de Milenio sitio web: https://www.milenio.com/opinion/francisco-abundis/columna-francisco-abundis/de-la-solidaridad-a-la-defensa-del-territorio

[3] El Universal. (2019). “Repunta en México rechazo a migrantes: encuesta”. Recuperado de El Universal sitio web: https://www.eluniversal.com.mx/nacion/mexicanos-quieren-que-se-impida-paso-de-migrantes

[4] Consulta Mitofsky. (2018). “Caravana migrante”. Recuperado de Consulta Mitofsky sitio web: http://consulta.mx/index.php/estudios-e-investigaciones/mexico-opina/item/1087-caravana-migrante

[5] Consulta Mitofsky. (2019). “Endurecimiento de medidas a migrantes”. Recuperado de Consulta Mitofsky sitio web: http://www.consulta.mx/index.php/estudios-e-investigaciones/mexico-opina/item/1146-migrantes

 

[6] Conapred, Resultados de la Encuesta Nacional sobre Discriminación 2017 consultados en el sitio web del Sistema Nacional sobre Discriminación (SINDIS): http://sindis.conapred.org.mx

 

[7] Proceso. (2018). “‘¡No a la invasión!’” claman tijuanenses contra caravana migrante”. Recuperado de Proceso sitio web: https://www.proceso.com.mx/560082/no-a-la-invasion-claman-tijuanenses-contra-caravana-migrante-video

 

[8] Jessica Cobian (2019). “El efecto de la información falsa sobre la caravana migrante en Tijuana”. Recuperado de La Prensa San Diego sitio web: http://laprensa-sandiego.org/featured/el-efecto-de-la-informacion-falsa-sobre-la-caravana-migrante-en-tijuana/

 

[9] Sergio Contreras. (2018). “Caravana migrante: fakes y pánico social”. Recuperado de Etcétera sitio web: https://www.etcetera.com.mx/opinion/caravana-migrante-fakes-y-panico-social/

 

[10] https://noticieros.televisa.com/ultimas-noticias/migrantes-africanos-vandalismo-chiapas-instituto-nacional-migracion/

 

[11] Milenio. (2019). “Migrantes lanzan sillas y mesas a estación migratoria en Chiapas”. Recuperado de Milenio sitio web: https://www.milenio.com/estados/chiapas-migrantes-causan-destrozos-estacion-migratoria

 

[12] Excelsior. (2019). “A mordidas y rasguños africanos enfrentan a Guardia Nacional en Tapachula”. Recuperado de Excelsior sitio web: https://www.excelsior.com.mx/nacional/a-mordidas-y-rasgunos-africanos-enfrentan-a-guardia-nacional-en-tapachula/1334597

 

[13] Organización Internacional del Trabajo (OIT), para las Migraciones (OIM), y Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ACNUDH). [2001]. “International Migration, Racism, Discrimination and Xenophobia”. Recuperado de OIM sitio web: https://publications.iom.int/es/books/international-migration-racism-discrimination-and-xenophobia

 

[14] Gabriela Iturralde Nieto y Eugenia Iturriaga Acevedo (coord.). (2018). Caja de herramientas para identificar el racismo en México. México: Afrodescendencias en México. Investigación e Incidencia, A.C., p. 10-11.  

 

[15] UNESCO. (2017). “Xenophobia”. Recuperado de UNESCO sitio web: http://www.unesco.org/new/en/social-and-human-sciences/themes/international-migration/glossary/xenophobia/

 

[16] Alexandra Haas Paciuc. (2018). “Le decían el chino”. México: Educal.

 

[17] Ver Matthew Gardner y Meg Wiehe (2016) Undocumented Immigrants’ State & Local Tax Contributions, Institute on Taxation & Economic Policy.

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