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1)  Autoridades electorales frente a procesos extraterritoriales
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Foto de CIX vía Facebook

Elecciones 2021: retos y aprendizajes para una elección migrante

 
Yuri Beltrán

Consejero Electoral del IECM

@yuribeltran

 

 

 

Han pasado ya 15 años desde que se dio el reconocimiento formal y legal del voto de la ciudadanía mexicana residente en el extranjero: la materialización de una demanda histórica. Aunque evidentemente la participación de los votantes extraterritoriales ha ido en aumento con el paso del tiempo, sigue siendo necesario amplificarla y robustecerla.

2021 será un año interesante en temas de voto en el extranjero. Primero, porque son 11 las entidades federativas que celebrarán elecciones con la votación de su ciudadanía residente en el exterior, de las cuales cinco lo hacen por primera vez. En segundo lugar, porque, aunque el INE coordina los trabajos tendentes a promocionar y recabar el voto de las y los mexicanos en el extranjero, en realidad todas son elecciones locales. En tercer lugar, porque luego de seis años de la gran Reforma Electoral, por fin se ejecutará el artículo decimotercero transitorio y con ello el mecanismo de votación electrónica por internet (tema que quedó pendiente en la elección de 2018). Finalmente, que la Ciudad de México elegirá una figura paradigmática de representación política: la diputación migrante.

 

Participación histórica y credencialización

Durante estos 15 años se han celebrado 27 elecciones que contemplan el voto de los migrantes: tres presidenciales, una para el Senado, 20 comicios de gubernatura o Jefatura de Gobierno, una más para diputación de representación proporcional, y dos de diputación migrante. Además, para 2021, serán veinte las entidades federativas que se han sumado ya al reconocimiento del derecho a votar en elecciones locales.

En términos de participación, hay interpretaciones ambiguas. Por ejemplo, si bien es cierto que el promedio de participación en elecciones federales desde el extranjero es de 67%, también lo es que no se ha conseguido potenciar la participación de las y los migrantes de manera significativa. Por ejemplo, la votación en 2018 creció más de tres veces respecto a la recibida en 2012, sin embargo, en términos absolutos no se ha podido llegar a los 100 mil votantes, a pesar de que la credencialización ha reportado más de un millón de solicitudes.

Lo anterior se complejiza a nivel local. No obstante que el promedio de votación desde el extranjero en elecciones subnacionales es de 52%, la participación de la ciudadanía es variante y abre un abanico de posibilidades. Podemos encontrar entidades como la Ciudad de México que –sin ser fundamentalmente migrante- cuenta con la más alta participación absoluta en los dos procesos electorales que ha celebrado, frente a estados en los que no han participado ni 100 votantes.

 

Reflexiones en torno a la experiencia de la Ciudad de México

La primera reflexión en torno a ello responde en gran medida a percibir la participación como un esfuerzo conjunto, que adquiere, por una parte, la ciudadanía para mantener el nexo político con su lugar de origen y, por otra parte, como el producto del esfuerzo que realiza cada institución electoral por difundir y promocionar el derecho al sufragio, así como la vinculación permanente con la ciudadanía residente en el exterior.

En ese tenor, la experiencia del IECM ha buscado abrir brecha. En la elección de 2012, implementó una modalidad mixta para recabar el voto: postal y por internet, convirtiéndose así en la primera experiencia nacional en hacerlo. Asimismo, en 2018 se construyó todo un proyecto interinstitucional detallado de vinculación con la ciudadanía en el exterior, y de promoción del voto y la credencialización en el extranjero. Dicho proyecto generó aprendizajes institucionales importantes, permitió ahorrar recursos de manera significativa y, sobre todo, cimentó las bases necesarias para consolidar el vínculo permanente con la ciudadanía en el exterior, a través de una política migrante transversal a todas las actividades del IECM.

Entre las actividades institucionales relevantes del Proceso Electoral 2017-2018, el IECM adoptó grupos de trabajo interinstitucionales que involucraron a las áreas del instituto, con el objetivo de reunir todas las voces en una sola dirección. Se organizaron convenios con académicos, organizaciones de la sociedad civil organizada e instituciones públicas, y se adoptó una estrategia focalizada en redes sociales. Además, se realizaron giras de trabajo que generaron ahorros significativos y permitieron una interacción más inmediata con la ciudadanía migrante.

Luego del proceso electoral, era necesario no perder el empuje y la inercia que se había conseguido. De esta manera, se determinó necesario abrir espacios institucionales que involucraran a los migrantes y se fomentara el ejercicio de la ciudadanía. Uno de ellos fue que, para los ejercicios de presupuesto participativo 2018, se reconoció que la ciudadanía residente en el extranjero pudiera proponer proyectos y –cumpliendo con los requisitos legales- poder votar en dichos ejercicios. De igual manera, que pudiesen participar en los concursos de Educación Cívica, como lo son el de cuento infantil, el de ensayo, el de grafitti o más recientemente en el de deliberación pública.

Otro aspecto fundamental radica en fortalecer capacidades ciudadanas desde tempranas edades a través de las Consultas a niñas, niños y adolescentes, en la edición del 2019 se determinó realizar dos ejercicios cruciales: en primer lugar, un ejercicio para pilotear el sistema de votación electrónica en secundarias de la Ciudad de México, y por otro, se llevó la Consulta a niñas, niños y adolescentes a diez ciudades en Estados Unidos, y aunque la participación fue reducida, el promedio por mesa fue de 45.8 expresiones, una cifra mayor a la del ejercicio celebrado en 2017 en territorio nacional. Además se sembró una semilla similar a la diseminada en 2006 y que hoy da algunos frutos inestimables.

 

La diputación migrante de 2021

La Ciudad de México es una ciudad incluyente en muchos aspectos. En términos de expansión política de la ciudadanía, el Código Electoral prevé la elección de una diputación migrante para el congreso local en el 2021. Conscientes de ello, el IECM puso manos a la obra con más de un año de anticipación al inicio del Proceso Electoral, e instaló un comité especializado para la implementación de la figura de la diputación migrante, el CODIM. En dicho comité, se discutieron las posibles modalidades electivas, con la finalidad de que la voz de los expertos también se plasmara en los futuros lineamientos.

Un complejo camino de impugnaciones y sentencias en el terreno político-jurisdiccional hicieron difusa la posibilidad de llevar a cabo la figura para el Proceso Electoral 2020-2021. Sin embargo, el pasado 14 de agosto de 2020, la Sala Superior del TEPJF determinó de manera definitiva la pertinencia de la elección de la diputación migrante para la Ciudad de México en el 2021. Ello significa que, en la capital del país, incluyente desde su diseño constitucional, se materializará por primera vez la voz de la comunidad migrante en la tribuna legislativa local.

En términos de sufragio, el derecho a votar y ser votado tiene una pluralidad de mecanismos que se adaptan a las exigencias políticas y sociales de los lugares en donde se implementa. En la Ciudad de México, la figura de la diputación migrante es única en su diseño, ya que la ciudadanía en el extranjero será la responsable exclusiva de elegir a quien debe ocuparla. Además, involucra a los partidos políticos como aquellos actores que reclutarán a las y los candidatos que tendrán que representar a la comunidad migrante y llevar su voz al Congreso de la Ciudad.

Aunque son un puñado de países los que tienen alguna figura de representación migrante en sus congresos, se ha comprobado que es un factor decisivo para aumentar la participación y con ello robustecer en términos de ciudadanía a las y los migrantes que se encuentran vinculados políticamente con su territorio de origen. Países como Italia o Colombia –quienes poseen representación política migrante en sus respectivos congresos- son ejemplo de ello, pues su participación extraterritorial es copiosa y va en constante aumento.

 

El voto por internet: ¡por fin!

Finalmente, a seis años de la gran reforma, se implementará un sistema de votación electrónico por internet para elecciones extraterritoriales. Aunque la Ciudad de México cuenta con un sistema robusto, que cumple con estándares internacionales, que ha sido anualmente auditado conforme la ley, que se adapta a los ejercicios de democracia participativa locales, y que desde el terreno jurisdiccional ha sido reconocido como seguro y efectivo para consultas y votaciones; el INE tiene la facultad exclusiva de tomar decisiones en esa materia.

En los últimos meses, la autoridad electoral nacional ha celebrado exitosamente dos simulacros de votación, para la posterior auditoría del sistema de votación. Las instituciones internacionales que lo avalan son la UNAM y la empresa Deloitte. Con ambos procesos garantizando el sistema de votación, el pasado 25 de agosto el Consejo General del INE aprobó los lineamientos tanto para la votación postal como electrónica, firmando así una decisión histórica para la inclusión política de las y los migrantes.

 

Reflexiones finales

De acuerdo con el Informe 2020 de las migraciones del OIM, México se posiciona como el segundo país más expulsor de migrantes en el mundo, con casi 13 millones de mexicanos radicados en el exterior. Se estima que ese número posiblemente puede triplicarse si se consideran a segundas y terceras generaciones.

El común denominador es prácticamente la dificultad de ejercer sus derechos políticos en su país de recepción, y una forma de mantener vivo el vínculo con su estado de nacimiento es a través de la garantía del sufragio. En este proceso electoral, las y los chilangos en el extranjero tendrán por primera vez la capacidad de votar y ser votados, de hacerlo vía postal o por internet, y – de no contar con una credencial de elector- tramitarla desde su lugar de residencia. En este momento se ponen todas las posibles variables que potencien la participación en juego. Como se mencionó antes, es un compromiso de doble hélice: por un lado, el IECM deberá promocionar desde todos los flancos posibles el ejercicio de votación extraterritorial, pero, por otro, la ciudadanía tendrá la posibilidad de demostrar su incidencia real en los asuntos políticos de su entidad de origen. La experiencia institucional ahí está, lista para implementar lo que salió bien y mejorar para adaptarse frente a las circunstancias actuales. Esperamos que las y los chilangos en el extranjero sigan abriendo brecha, como lo han hecho hasta ahora.

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