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2. Situación económica en México y el PEF 2021
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Foto de Genaro Molina/LATimes

EL PEF 2021, marginación y exclusión de la población migrante mexicana en Estados Unidos

 
Rodolfo García Zamora[1]  y Selene Gaspar Olvera [2]

Universidad Autónoma de Zacatecas

 

El debate del Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) 2021 en México está condicionado por los graves efectos del COVID-19 y sus impactos en la profunda crisis económica y social que experimenta el país en los últimos 40 años. Paradójicamente y a pesar de la pandemia sanitaria y crisis económica en los meses que van de enero a agosto de 2020, las remesas internacionales de los migrantes mexicanos asciende a 26,396 millones de dólares, 8.6% más de los recaudado en el periodo de 2019 (24,138 millones de dólares).

Sin embargo, la atención que reciben los migrantes en los consulados mexicanos en Estados Unidos es insuficiente y de calidad limitada, mientras sus propuestas y proyectos son excluidos de los programas públicos y presupuestos. En el 2020, en que se espera las remesas lleguen a 40 mil millones de dólares, las organizaciones migrantes mexicanas están planteando la mejora de su atención en aquel país, así como la integración de sus demandas y propuestas en el PEF 2021 de forma multianual. En respuesta el gobierno los excluye al eliminar el programa 3x1 a partir del ejercicio fiscal 2020. En este trabajo queremos resaltar la importancia del aporte de los migrantes mexicanos al país previo a la pandemia sanitaria en 2019 y hasta agosto 2020, y la marginación y exclusión presupuestal de sus demandas y propuestas en los PEF 2019 y 2020 y la necesidad de integrar la agenda migrante como parte central de la Agenda Nacional y del PEF 2021 y los años siguientes de forma transexenal.

 

Remesas enviadas a México desde Estados Unidos

En julio de 2018, Andrés López Obrador gana las elecciones presidenciales con un apoyo masivo de 30 millones de votos y promete construir un Nuevo Modelo de Nación no neoliberal que privilegie la soberanía nacional, el empleo y el bienestar como ejes de la Cuarta Transformación en México. Al frente del gobierno en su Plan Nacional de Desarrollo 2019-2024, promete un crecimiento económico del 6% del PIB en 2024, al final de su gestión, y la desaparición de la migración como necesidad.

Sin embargo, a finales de febrero 2020 cuando irrumpe el COVID-19 en el país, que había sufrido un largo proceso de bajo crecimiento económico y decrecimiento del -0.7% en 2019, se produce una doble pandemia: la sanitaria, que se profundiza con los impactos del COVID-19 y la económica, de tipo estructural que se agudiza con la primera,  con un decrecimiento del -8% del PIB, más de 2 millones de desempleados y casi 20 millones de personas disponibles para trabajar en marzo 2020, datos sin precedentes.

Esta situación adversa se complica con los impactos esperados de la doble pandemia en Estados Unidos con un decremento del PIB estimado de -5% y 31.4% en el 1er trimestre y 2º trimestre del 2020; se estima una pérdida de más de 23 millones de empleos a abril de 2020. Entre sus secuelas está el alto desempleo que experimentan los migrantes mexicanos y el riesgo de una mayor migración de retorno al país que enfrenta las crisis sanitaria, económica, de empleo y presupuestal más grave de los últimos ochenta años.

México recibió más de 36 mil millones de dólares de remesas familiares de sus migrantes internacionales en 2019, marcando el nivel más alto desde 2013, año en que Banxico reporta las remesas internacionales por origen con 21,580 millones de dólares. Los flujos de remesas internacionales que ingresaron al país durante 2019 representan un récord histórico, cifra que es más del doble a lo captado durante 2003, frente al declive económico en México y Estados Unidos.

Paradójicamente y, a pesar de la pandemia sanitaria y crisis económica, en los meses que van de enero a agosto de 2020, las remesas internacionales de la población migrantes mexicana asciende a 26,396 millones de dólares, 8.6% más de los recaudado en el periodo de 2019 (24,138 millones de dólares). El 53% de las remesas internacionales enviadas a México, en el periodo abril a junio 2020, se concentran en ocho estados (Jalisco, Michoacán, Guanajuato, Estado de México, Ciudad de México, Guerrero, Guerrero, Oaxaca y Puebla, en ese orden de importancia). El 94.7% de las remesas del 2º trimestre de 2020 provienen de Estados Unidos y son enviadas principalmente desde California (32.1%), Texas (17.3%), Minnesota (4.5%) y Arizona (4.2%).

Más aún, no obstante las altas tasas de desempleo que todavía experimentan los inmigrantes mexicanos, las remesas enviadas al país son superiores a las recibidas en los últimos tres meses de 2019. Estos envíos no corresponden con el apoyo del gobierno mexicano a los migrantes, que ha comunicado mediante la Secretaría de Hacienda y Crédito Público la eliminación del Programa 3 x 1 para Migrantes, a partir del ejercicio fiscal 2020 “en congruencia con el cambio en la política de entrega de apoyos a beneficiarios de programas sociales” (SHCP, 2020. p.25). A pesar de la importancia económica que tienen los migrantes mexicanos, en ambos lados de la frontera sus contribuciones son minimizadas y en respuesta a ellas son atacados y discriminados por el gobierno de Donald Trump, al tiempo que el gobierno mexicano muestra su desinterés dejándolos de lado en la planeación y presupuesto del país, a pesar de sus aportaciones económicas a las finanzas públicas, al combate del rezago social y a la pobreza.

Antes de la llegada del COVID-19 a México, durante 14 meses, el gobierno de López Obrador aplicó, a toda costa, la misma política económica neoliberal de austeridad y estabilidad macroeconómica de los gobiernos anteriores, con una política asistencialista de transferencia de ingresos hacia jóvenes y ancianos. Pese a una retórica antineoliberal frente a la doble pandemia se persiste en la austeridad, en el rechazo reiterado a una reforma tributaria y la contratación temporal de deuda, frente a la mayoría de países como China, la Unión Europea, Estados Unidos y otros, que aumentan radicalmente su gasto público, los estímulos fiscales y la contratación de deuda para reactivar sus economías. Así, el gobierno mexicano profundiza la austeridad y le apuesta al tratado comercial con Estados Unidos y Canadá (T-MEC) que entra en funcionamiento el primero de julio como el principal instrumento de reactivación de la economía nacional, junto con los cuestionados proyectos del sur del país y el nuevo aeropuerto (García y Gaspar, 2020).

En el contexto de la pandemia del COVID-19 y la profunda crisis económica en Estados Unidos y México, resalta la importancia de las remesas enviadas por los migrantes. La primera explicación ratifica la solidaridad y el compromiso de los migrantes con sus familias, comunidades y el país (LJ, 5 mayo 2020). Gabriela Rodríguez (2020) señala que México es el tercer país del planeta con mayor ingreso por remesas; para ella, las posibles explicaciones del aumento de las remesas son la solidaridad familiar, motivo de ahorro transnacional, empleos en actividades esenciales y recepción de beneficios del gobierno por el COVID-19. Para Durand (2020), el aumento inusitado de las remesas enviadas a México por los migrantes obedece a la solidaridad, la repatriación de ahorros de migrantes indocumentados ante posible retorno forzado, la devaluación del 20% del peso respecto al dólar y las transferencias de migrantes pensionados que gastan parcialmente sus ingresos en México.

La tendencia al aumento de las remesas en México resulta paradójica frente la situación adversa de los migrantes mexicanos en Estados Unidos. Contra viento, marea, pandemia, racismo y xenofobia, los paisanos no aflojan el paso, y mes a mes han reducido sus tasas de desempleo: al mes de agosto de 2020 exhiben una tasa del desempleo del 8.8%, nivel inferior al que alcanzó durante la recesión de 2007-2009, cuando la tasa de desempleo alcanzó un máximo de 13.9%.

La incoherencia presupuestal en México con sus migrantes

La recepción de remesas en el país presenta una gran incoherencia entre el aporte migrante a México y la marginalidad de las demandas y sus propuestas en los presupuestos federales y estatales. La Dirección General de Servicios Consulares sufre en 2019 un recorte del 80% al recibir 42 millones de pesos frente a los 235 millones del 2018. El rubro Atención, Protección, Servicios y Asistencia Consular, que en 2018 recibió 836 millones, en 2019 baja a 564 millones de pesos. Respecto al Instituto de los Mexicanos en el Exterior, en 2018 recibió 72 millones de pesos y baja a 58 millones de pesos en 2019, mientras la Dirección General de Protección de los Mexicanos en el Exterior baja de 198 millones en 2018 a 162 millones en 2019 (Langner, 2019).

De acuerdo con la información disponible del Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF) 2018-2021, en el gobierno de López Obrador la Secretaría de Relaciones Exteriores y la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, que tienen entre sus funciones acciones de apoyo a migrantes, sufren un recorte presupuestal para 2021 (Cuadro 1). Ante las presiones crecientes de las caravanas migrantes de Centroamérica y el retorno forzado desde Estados Unidos, en el PEF 2020 hay un aumento del presupuesto de la SRE del 2.2% y para CNDH del 5.6%. Sin embargo, en el proyecto del PEF 2021 se contempla una nueva reducción del presupuesto del 6.9% para SRE y del 12.1% para la CNDH respecto del asignado en 2020, al reducirlo a 8,121 millones de pesos y a 1,680 millones de pesos respectivamente. Conexión Migrante (2020, 14 septiembre) informa como en la propuesta del PEF 2021 se contempla una reducción de 176 millones de pesos a los programas de población escolar migrante, protección y asistencia consular a migrantes y atención a migrantes y derechos humanos.

La incoherencia presupuestal entre el aporte migrante y los recursos asignados a sus demandas y propuestas es transexenal, persiste y se incrementa con el gobierno de la Cuarta Transformación, como lo evidencian los datos anteriores, la reducción significativa en el PEF 2019 al Fondo de Apoyo Migrante para retornados, el Programa 3x1 y el Programas Fronteras, los cuales son excluidos del PEF 2020 y del PEF 2021 (SHCP, junio 2020). Esta exclusión presupuestal resulta inexplicable e incoherente en términos económicos y políticos si consideramos los aportes de la comunidad migrante a México.

La exclusión señalada aumenta la vulnerabilidad de las familias y comunidades migrantes y revela el desdén y falta de voluntad política del Estado mexicano y toda  la clase política nacional frente al enorme aporte económico y social de los migrantes mexicanos al desarrollo del país en los últimos cuarenta años, que en lugar de fortalecer su filantropía transnacional y diseñar políticas públicas de apoyo para la reintegración de los migrantes y sus familias, los excluyen de los presupuestos federales, desechando seis décadas de aportes, aprendizajes sociales transnacionales y de alianzas con el Estado mexicano.

La exclusión de los migrantes mexicanos del PEF 2020 y ahora del PEF 2021 representa una fractura con las propuestas del nuevo gobierno de México que invitaba en 2018 a la construcción de un Nuevo Proyecto de Nación, cuando deja fuera a 12 millones de mexicanos que viven en Estados Unidos y a los más de 2.7 millones de hogares con vínculos migratorios internacionales en México que agrupan a más de 11 millones de personas y de los cuales 1.6 millones hogares reciben remesas internacionales (Gaspar, 2017).

Los riesgos son una ruptura irreversible con el Estado mexicano, si las organizaciones migrantes se concentran en su fortalecimiento institucional y empoderamiento político en Estados Unidos, que con el envejecimiento y falta de una generación de relevo de los dirigentes migrantes en aquel país pueden conducir a que decline o desaparezca la filantropía transnacional que en 18 años financió más de 30 mil proyectos comunitarios (García y Gaspar, 2020).

A finales de abril de 2020, más de 40 organizaciones migrantes mexicanas lanzan un Manifiesto a la Nación frente al nuevo gobierno y los impactos de la doble pandemia en el país en el cual plantean se reconozca su aporte al desarrollo nacional durante más de cuatro décadas y que sus demandas y propuestas formen parte de la Agenda Nacional y del PEF 2021 y los años siguientes de forma transexenal. Entre sus propuestas principales está la formación de un equipo multidisciplinario, intersectorial y transnacional que analice los impactos de la doble crisis sobre la comunidad migrante mexicana para diseñar una estrategia de apoyo y colaboración integral durante la etapa del COVID-19 y después de ella, que se establezca una plataforma virtual de apoyo a las demandas migrantes durante la contingencia sanitaria con la participación de la Secretaría de Salud e instituciones educativas del país, creación de un fondo interinstitucional del gobierno, sector privado, empresas transnacionales mexicanas y organismos internacionales para apoyar a las familias mexicanas más vulnerables en Estados Unidos durante la pandemia, promover una campaña de información sobre el cuidado de los ahorros y las remesas bajo una visión de desarrollo comunitario transnacional. Específicamente sobre la migración de retorno voluntario y forzado plantean cinco acciones: empleo, atención de salud, atención de educación, apoyo legal para lograr la identidad e integración familiar y comunitario con el restablecimiento del FAM, el Programa 3x1 y todos los apoyos institucionales para la reintegración de 4 millones de migrantes de retorno y 600 mil niños y jóvenes de origen mexicano que ingresaron en los últimos diez años (Ortega Neri, 2020). La respuesta la tiene el ejecutivo federal, el Congreso, la clase política en su conjunto para superar la incongruencia entre el aporte migrante y la exclusión presupuestal, entre la retórica sobre la heroicidad migrante y su ausencia en la Agenda Nacional y los presupuestos.

 

Bibliografía

Conexión Migrante. Observatorio de Legislación y Política Migratoria (2020) “La 4T recorta 176 millones a programas migrantes, 14 septiembre.

Durand Jorge (2020) La Jornada, “Migradólares: migrantes solidarios”, 10 de mayo.

García Zamora, Rodolfo y Selene Gaspar Olvera (2020) Migración y desarrollo económico. Grietas en la Cuarta Transformación en México. 2018-2024. Transnational London Press.

Gaspar Olvera, Selene (2017). Vulnerabilidad de los hogares con vínculos migratorios internacionales en México.

Revista Diarios de Terruño. No. 3. pp. 13-38

Langner, Ana (2019). Se confirma alto recorte a varias áreas de la SER. La Jornada (2019) 19 enero. https://www.jornada.com.mx/2019/01/19/politica/004n1pol

Ortega Neri, Alejandro (2020)”Lanzan migrantes Manifiesto a la Nación; proponen varias acciones ante la pandemia” La Jornada, Zacatecas 29 de abril.

Rodríguez, Gabriela (2020) “De remesas y migrantes ante el Covid-19”, 28 de agosto. https://www.jornada.com.mx/2020/08/28/opinion/020a2pol

SHCP (junio, 2020). Estructura Programática a Emplear en el Proyecto de Presupuesto de Egresos 2021. https://www.ppef.hacienda.gob.mx/work/models/PPEF/2021/estructura_programatica/1_EstructurasProgramaticas_paraPPEF2021.pdf

Bibliografía

[1] Doctor en Ciencias Económicas. Docente-Investigador de la Unidad Académica en Estudios del Desarrollo. Universidad Autónoma de Zacatecas. Zacatecas. Ciudad de México, México. E-mail: rgarciaz@estudiosdeldesarrollo.net; rgarciazamora54@gmail.com

[2] Maestra en Demografía Social y Actuaria por la UNAM. Investigadora en la Unidad Académica en Estudios del Desarrollo. Universidad Autónoma de Zacatecas, adscrita al proyecto Sistema de Información Sobre Migración y Desarrollo (SIMDE-UAZ). selene_gaspar@yahoo.com.mx; sgaspar@estudiosdeldesarrollo.net

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