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1. ¿Qué ha pasado con las policías locales y municipales en México?
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Nuevo León: La colaboración ciudadana para combatir la inseguridad

Consuelo Morales Elizondo

Directora de Ciudadanos en Apoyo a los Derechos Humanos, A.C. (CADHAC)

 

 

 

La inseguridad en México sigue cobrándose la vida de miles de personas cada año. En los 10 primeros meses de 2022, hubo 26,119 homicidios dolosos en el país.[1] Durante ese periodo, se registraron 1,226 homicidios dolosos en Nuevo León.[2] Al mismo tiempo, siguen presentándose casos de desaparición de personas. De enero a octubre de 2022, hubo 8,151 personas desaparecidas y no localizadas en México, mientras que en Nuevo León se presentaron 484 casos. La respuesta del gobierno federal ante la violencia y la inseguridad en el país se ha centrado en militarizar la seguridad pública. Sin embargo, como señaló la Organización de las Naciones Unidas, este enfoque “ha sido insuficiente e inadecuado en lo que atañe a la protección de derechos humanos”, [3] por lo que es necesario desarrollar estrategias alternativas que incorporen las propuestas de la ciudadanía para combatir la inseguridad.  

  

 

Inseguridad y violencia en Nuevo León

 

Al igual que en otros estados del país, el inicio de la “guerra contra el narcotráfico” en diciembre de 2006 aumentó significativamente la inseguridad y la violencia en Nuevo León. El número de homicidios aumentó hasta alcanzar los 2,003 casos en 2011. En este entorno de creciente inseguridad, “el comercio se vio severamente afectado, muchos negocios adelantaron los horarios de cierre, y otros simplemente cerraron sus puertas definitivamente”.[4] Aunque esta cifra se redujo paulatinamente, a partir de 2016 los homicidios comenzaron a aumentar de nuevo, alcanzando en octubre de 2022 cifras que no se habían visto desde hace una década, como se puede apreciar en la tabla 1. 

 * De enero a octubre

   Fuente: Fiscalía General de Justicia del Estado de Nuevo León

La violencia desencadenada en Nuevo León a partir de 2007 estuvo estrechamente relacionada con las disputas entre grupos del crimen organizado por el control de territorios, así como con sus enfrentamientos con fuerzas de seguridad estatales y municipales. Para combatir a las organizaciones criminales utilizando elementos que no estuvieran corrompidos y que contaran con mayor poder de fuego, las autoridades locales solicitaron al gobierno federal el envío de fuerzas armadas para cumplir tareas de las corporaciones policiales. Entre estas tareas estaban el patrullaje del área metropolitana y el establecimiento de puntos de control.

Sin embargo, la presencia de militares hizo aún más compleja la situación de la inseguridad en Nuevo León, ya que algunos elementos de las fuerzas armadas participaron en delitos como ejecuciones extrajudiciales o desapariciones forzadas, lo que contribuyó a aumentar la violencia en la entidad. Entre los casos de ejecuciones extrajudiciales realizadas por soldados y marinos destacan los de Rocío Elías y Juan Carlos Peña, esposos que, al salir de su trabajo, fueron ejecutados por militares en 2010; los estudiantes Jorge Antonio Mercado y Javier Francisco Arredondo que fueron asesinados en las instalaciones del ITESM por soldados en 2010; Jorge Otilio Cantú, ejecutado por militares en 2011; y Gustavo Acosta, ejecutado en su casa por elementos de la Marina en 2011.[5] En relación con desapariciones forzadas, un militar fue sentenciado por este delito por un caso que ocurrió en el municipio de Los Herrera en 2012. Posteriormente, en marzo de 2016, cinco elementos de la Marina fueron vinculados a proceso judicial por la desaparición forzada de Humberto del Bosque en el poblado de Colombia en agosto de 2013.[6] 

La colaboración de la ciudadanía en el combate a la inseguridad en Nuevo León

 

El empeoramiento en las condiciones de seguridad pública desde 2007 llevó a que miles de neoleonenses se manifestaran en contra de la violencia a partir de aquel año. Una de las manifestaciones más multitudinarias se realizó el 30 de agosto de 2008. Ese día, marcharon casi 30,000 personas por las calles de Monterrey para mostrar su rechazo a la violencia e inseguridad.

En 2011,[7] el año con la mayor cantidad de homicidios, la Caravana del Consuelo fue recibida en Monterrey. Esta iniciativa fue promovida por el Movimiento para la Paz con Justicia y Dignidad liderado por Javier Sicilia y Emilio Álvarez Icaza. Debido a la presión ejercida por la movilización social, el titular de la Procuraduría General de Justicia de Nuevo León se comprometió a investigar los casos de personas desaparecidas, delito que en 2010 y 2011 alcanzó su nivel más alto en la entidad, con 742 y 702 casos respectivamente.

El impacto de la inseguridad en Nuevo León también ha promovido el surgimiento de distintas iniciativas de la ciudadanía para contribuir a la política de seguridad pública de los gobiernos del estado y de los municipios. Un antecedente importante de estos esfuerzos fue el establecimiento de la Alianza por la Seguridad en 2011, “donde se integró la participación de empresarios, universidades y representantes de la sociedad civil en la reconfiguración de la estrategia estatal de seguridad, tema tradicionalmente considerado como exclusivo para el gobierno y excluyente de la ciudadanía”.[8] En el marco de la Alianza por la Seguridad, se elaboró un diagnóstico con la participación de la iniciativa privada y las universidades. Dicho diagnóstico señaló la desconfianza de la ciudadanía hacia la policía, así como la necesidad de crear una nueva corporación policial, lo que eventualmente se consolidará en la creación de la Fuerza Civil. Este nuevo modelo de policía buscó, entre otros objetivos, “generar confianza entre la población a partir del profesionalismo en su actuación y con el rigor en su reclutamiento para atacar la desconfianza de la ciudadanía”.[9]

La participación ciudadana en la política de seguridad pública también ha incidido en los gobiernos municipales, especialmente en relación con el uso racional de la fuerza pública con el objetivo de garantizar su legitimidad. Un ejemplo clave de ello es el Protocolo sobre Uso de la Fuerza para Policías Municipales, promovido por Ciudadanos en Apoyo a los Derechos Humanos, A.C. (CADHAC), y presentado el 14 de junio de 2017. A través del Protocolo, los ayuntamientos de Monterrey y Guadalupe se comprometieron a garantizar la seguridad y salvaguardar el orden público estableciendo límites a su facultad de hacer uso de la fuerza a través de la observancia de los derechos humanos.[10]

Otra iniciativa importante de CADHAC fue la impartición del “Curso básico sobre metodología y técnicas de búsqueda de personas desaparecidas”, el cual se llevó a cabo desde enero hasta agosto de 2020, y contó con la participación de cuerpos policiales del área metropolitana de Monterrey, policías de Seguridad Pública del Estado y policías investigadores de la Fiscalía General de Justicia del Estado de Nuevo León. Este curso estuvo vinculado con la implementación del Plan Estratégico en Materia de Desaparición de Personas en Nuevo León, iniciativa promovida por CADHAC y por el colectivo AMORES (Agrupación de Mujeres Organizadas por los Ejecutados, Secuestrados y Desaparecidos de Nuevo León y Tamaulipas). A través de nueve módulos, los graduados estudiaron aspectos teóricos de la búsqueda de personas desaparecidas y realizaron ejercicios prácticos sobre metodología y técnicas de búsqueda; lo que contribuyó al fortalecimiento de capacidades y habilidades para las unidades especializadas de las corporaciones policiales.

  

Estas iniciativas desde la ciudadanía han contribuido a desarrollar fuerzas policiales más efectivas y que cuentan con mejores elementos para combatir la inseguridad y la violencia generada por el crimen organizado. Sin embargo, la opción de profesionalizar a los policías, brindarles equipo adecuado y estructurar sus operaciones con base en labores de inteligencia ha sido desatendida en favor de una mayor presencia de las fuerzas armadas, en especial de la Guardia Nacional, en tareas de seguridad pública, como muestra la tabla 2. 

Fuente: Causa en Común
Conclusiones

El aumento de la inseguridad y la violencia en Nuevo León desde 2007 tuvo un efecto muy perjudicial en la sociedad y la economía de Nuevo León. Los asesinatos y las desapariciones de personas causaron mucho dolor en las familias, fomentando así las protestas de ciudadanos y ciudadanas que demostraron públicamente su rechazo a la inseguridad, así como a la ineficiente política que se había implementado para hacerle frente.

Asimismo, el rechazo a la estrategia gubernamental no se limitó a movilizaciones ciudadanas, sino que se tradujo en el desarrollo de instituciones, propuestas y acciones enfocadas en profesionalizar a las corporaciones policiales y brindarles más capacidades para combatir la inseguridad.

Ante la consolidación de un enfoque de militarización de la seguridad pública, es importante retomar las lecciones aprendidas en Nuevo León respecto a la colaboración ciudadana en acciones y estrategias para combatir a la inseguridad a través de un enfoque adecuado para la protección de los derechos humanos en todo el país.

Notas: 

[1] Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, “Víctimas de delitos del fuero común 2022”, Secretaría de Seguridad y Protección Ciudadana, noviembre de 2022.https://drive.google.com/file/d/1I6nNSb_eDAToJm6HHzAFWM6ghDqRENFz/view

[2] Fiscalía General de Justicia del Estado de Nuevo León, “Estadísticas de homicidios en Nuevo León”. https://fiscalianl.gob.mx/estadisticas/estadistica-de-homicidios-en-nuevo-leon/ (Consultado el 30 de noviembre de 2022).

[3] Comité contra la Desaparición Forzada, Informe del Comité contra la Desaparición Forzada sobre su visita a México en virtud del artículo 33 de la Convención” (Ciudad de México: Oficina en México del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, 2022), párr. 44.

[4] CADHAC, Desapariciones en Nuevo León, desde la mirada de CHADHAC. Informe 2009-2016 (Monterrey: CADHAC, 2016), 40.

[5] Ciudadanos en Apoyo a los Derechos Humanos, A.C., Desapariciones en Nuevo León, desde la mirada de CHADHAC. Informe 2009-2016 (Monterrey: CADHAC, 2016), 33.

[6] CADHAC, Desapariciones en Nuevo León, desde la mirada de CHADHAC. Informe 2009-2016 (Monterrey: CADHAC, 2016), 34.

[7] Ese año ocurrió el ataque al Casino Royal en el que murieron 52 personas.

[8] Juan Carlos Montero, “El concepto de seguridad en el nuevo paradigma de la normatividad mexicana”, Región y Sociedad, vol. 25, núm. 58 (2013): 228.

[9] Héctor Eduardo Mendoza y Juan Carlos Montero, “Gobernanza para la gobernabilidad. La construcción de ‘Fuerza Civil’, la nueva policía de Nuevo León”, Revista Mexicana de Análisis Político y Administración Pública, vol. 4, núm. 1, (enero-junio 2015): 120.

[10] Ciudadanos en Apoyo a los Derechos Humanos A.C., “Se presenta protocolo sobre uso de la fuerza para policías municipales promovido por CADHAC”, https://cadhac.org/se-presenta-protocolo-sobre-uso-de-la-fuerza-para-policias-municipales-promovido-por-cadhac/ (Consultado el 30 de noviembre de 2022).

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