
No se trata
solo de migrantes: se trata de nuestra humanidad
Mensaje de los obispos mexicanos con motivo del acuerdo entre México y los Estados Unidos en materia arancelaria y política migratoria
-
1. MUJERES EN MÉXICO: SUS LUCHAS CONTRA TODAS LAS VIOLENCIAS Y DESIGUALDADES
3. Violencias de género en México

Foto de Cuartoscuro
La situación de las mujeres, niñas y adolescentes en México y las políticas para erradicar las violencias en su contra
Wendy Figueroa Morales
Activista, psicóloga feminista y directora de la Red Nacional de Refugios
En México las violencias machistas suceden todos los días. Vemos madres buscando a sus hijas que no llegaron a casa; niñas y niños en orfandad por los feminicidios de sus madres; mujeres saliendo de Ministerios Públicos, Centros de Justicia y Fiscalías sin una orden de protección, para ir a casa con sus agresores porque no les informaron que tienen derecho a ir a un refugio o porque las autoridades necesitan “comprobar” que están en riesgo, con lo cual deslegitiman la palabra de la mujer y aquellas violencias que no han dejado marcas físicas, revictimizándolas y perpetuando el pacto patriarcal.
Desde hace meses me acompañan las voces de mujeres sobrevivientes de violencias machistas, una de ellas de violencia feminicida con ataque de ácido, quien me comentó que si a ella le hubieran dicho -cuando fue a poner la denuncia- que existían los refugios, no habría regresado a su casa y, por lo tanto, haber sido atacada con ácido… también la voz de una mujer de 19 años que en el primer año de pandemia solicitó ampliar sus órdenes de protección, sin embargo, al llegar al Centro de Justicia la abogada le preguntó si “ya la habían golpeado de nuevo” y al contestar que no, las órdenes no fueron ampliadas. “Te das cuenta de que no es cierto que te apoyan si denuncias”, me compartió la joven.
Esta es la realidad de cientos de mujeres y refleja la falla del Estado mexicano, que tiene la obligación de detener cualquier posible situación de riesgo, sin esperar a que la vida de una mujer esté comprometida o haya evidencias físicas, recordemos que los feminicidios son el resultado de una serie de violencias que se minimizan e invisibilizan cientos de veces por las propias autoridades y, un sinfín de casos, de historias, de familias son testigos de esta falla.
En nuestro país más de 10 mujeres, niñas y adolescentes son asesinadas diariamente, más de siete son víctimas de desaparición forzada, de acuerdo con datos oficiales. Junio del 2022 fue el tercer mes consecutivo más violento para las mujeres y las niñas: 87 feminicidios en total durante el mes y más de 70 violaciones sexuales por día; más la cifra negra que hay en el país, la ausencia de estadísticas con perspectiva de género y todas aquellas mujeres que no pudieron denunciar o no quisieron hacerlo por no creer en las autoridades.
Estas transgresiones a los derechos humanos se dan a la luz y el amparo de un sistema patriarcal, machista, colonizador y capitalista donde la impunidad e indiferencia es una constante, estas problemáticas están permeadas en la sociedad, los gobiernos y sus instituciones.
Hemos escuchado, sexenio tras sexenio, promesas de poner como prioridad a las mujeres, adolescentes y niñas en las agendas. Sin embargo, no ha sido real, ejemplo de ello son los altos índices de violencias y, sobre todo, los testimonios que reflejan que las mujeres, niñas y adolescentes siguen viviendo violencias estructurales y sistémicas en todas sus formas y modalidades. Otra muestra de ello son los resultados de la ENDIREH 2021, que registra en los últimos años el incremento de las violencias, de forma que, en comparación con la encuesta del 2016, el incremento es del 4% de mujeres mayores de 15 años víctimas de violencias a lo largo de su vida. La violencia sexual registró el mayor aumento (8%). La reciente encuesta también refleja que, en México, 7 de cada 10 mujeres mayores de 15 años han experimentado al menos una situación de violencia psicológica, física, sexual, económica y/o discriminación a lo largo de su vida.
Lamentablemente las consecuencias son brutales: cientos, miles de mujeres, niñas y adolescentes víctimas de un sistema que las ha violentado, desaparecido o asesinado por el simple hecho de haber nacido mujer. Cientos de familias buscando una justicia integral que nunca llega o si llega no es ni justa ni integral, o llega después de más de 4 años de insistencia y resistencia, buscando dialogar con gobiernos cuya característica es la simulación, la inacción e ignominia.
Lo anterior evidencia que muchas de las políticas implementadas han fracasado al no prestar atención a los elementos estructurales de las violencias machistas y del sistema de procuración e impartición de justicia que no permiten prevenir, atender y resolver los casos de una manera efectiva.
De forma general, el acceso a la justicia integral es una ilusión en México, y la corrupción e impunidad afectan de forma diferenciada a las mujeres, debido a los constructos misóginos y patriarcales que imperan en nuestros entornos, como lo menciona la Corte Interamericana de Derechos Humanos (CIDH), la ineficacia judicial frente a las violencias contra las mujeres propicia un ambiente de impunidad que promueve la repetición de los actos violentos, lo que permite enviar un mensaje claro: las violencias contra las mujeres son toleradas y aceptadas.
Las fallas en el sistema de justicia impiden la garantía de una reparación integral del daño a las mujeres, también afecta a familiares de las mujeres víctimas de violencias y a la sociedad misma, aunque esta no lo logre identificar hasta que no le pasa a una persona cercana.
Algunos de los retos en nuestro país para garantizar todos los derechos para todas las mujeres, niñas y adolescentes entre ellos, el derecho a vivir una vida digna y libre de violencias son muchos, pero estos son algunos de ellos:
- Garantizar la debida diligencia en la prevención y atención de todas las formas de violencias machistas y las discriminaciones contra las mujeres en todas las etapas de su vida y diversidades. De igual forma es indispensable la debida diligencia en el acceso a la justicia. Lo que significa que el Estado debe tomar las medidas efectivas para prevenir los abusos e investigarlos cuando ocurran, siendo su deber proporcionar todos los recursos necesarios además de los judiciales, para reparar las violaciones de derechos humanos denunciadas por las mujeres y, por ende, ponerlos todos a disposición de las víctimas.
- Transitar hacia la justicia integral, entendiéndose y reconociéndola como todos los mecanismos de protección, judicialización, reparación, sanación e impulso de las autonomías de las mujeres, niñas y adolescentes víctimas de violencias, que garanticen que ellas ejerzan su ciudadanía como sujetas de derechos.
La justicia formal es, por lo tanto, sólo un elemento de lo que hemos llamado justicia integral, también lo son los espacios de protección y apoyo colectivo que promueven las libertades y autonomías de las mujeres, como los Refugios, así como la construcción de sus proyectos de vida que fomentan en las mujeres hacer uso de su voz, iniciando con ello el camino a la exigibilidad de sus derechos.
La justicia integral debe tener como uno de sus principales retos y objetivos, legitimar las voces de las mujeres, por ende, creer en su palabra, siendo ello, uno de los primeros pasos para hablar de acceso a la justicia integral: sí, si hay venta de niñas en México; sí, si hay mujeres huyendo de sus casas y siendo criminalizadas y revictimizadas por las autoridades; sí hay niñas siendo juzgadas como mujeres por haber asesinado a su violador, cientos de voces de mujeres son testigas de éstas transgresiones. Que el Estado reconozca las voces de estas violaciones de derechos, así como que todas las autoridades competentes, tomen en consideración los hechos relatados por la mujer o la niña sobreviviente de violencias, sus peticiones explícitas o bien, de quien informe sobre el hecho de violencia machista contra una mujer, es indispensable para hablar de justicia integral.
La Justicia Integral también implica acceder a una vivienda y trabajo dignos, a un sistema de cuidados, a la salud integral, es decir, acceder a cada derecho que las violencias les han quebrantado a las mujeres y en muchos casos a sus familias.
- Arrancar la impunidad de los sistemas y por ende del acceso a la justicia integral, la CIDH también ha revelado que las mujeres víctimas de violencias frecuentemente no obtienen acceso a recursos judiciales idóneos y efectivos al denunciar los hechos sufridos, permaneciendo la mayoría de estos delitos en impunidad, y por consiguiente quedando sus derechos desprotegidos.
En el acompañamiento que hemos brindado en la Red Nacional de Refugios observamos que muchos de los casos de violencias contra las mujeres se encuentran marcados por la impunidad, lo cual alimenta la perpetuidad de esta grave violación a los derechos humanos, la aceptación y naturalización social de las violencias contra las mujeres, el sentimiento y la sensación de inseguridad en las mujeres, así como una persistente desconfianza de éstas en el sistema de administración de la justicia integral.
- Existe una tendencia del sistema patriarcal y colonialista a despolitizar los temas claves en la garantía de los derechos humanos, lo cual ante un Estado de derecho débil y fragmentado donde hay impunidad, corrupción e ineficiencia en los sistemas de justicia integral, como México, es indispensable mantener, refiriéndome a la politización que efectuamos las ONGs, colectivas y defensoras de derechos humanos para garantizar que los procesos de acceso a la justicia integral se lleven a cabo de una manera transparente, con debida diligencia y cumpliendo con lo establecido en las leyes en la materia y por tanto, que las transgresiones y delitos no queden impunes, es decir, la politización indispensable de mantener es la que se caracteriza por buscar garantías, protección y respeto a los derechos humanos.
Recordemos que lo personal es político, lo que significa, que algo que le sucede a una mujer en lo privado, también es público, lo que implica que es político, si es político es de la sociedad, de todo el país y del mundo, por ello es un riesgo buscar despolitizar las violencias machistas, los feminicidios y la agenda de derechos humanos entre ellos los derechos sexuales y reproductivos, sobre todo en un país que invisibiliza la crisis de derechos humanos y el Estado de emergencia en el que vivimos.
- Descolonizar la información, las políticas de prevención y atención, así como los recursos, lo que significa la urgente necesidad de despatriarcalizar los gobiernos y las instancias que son responsables de garantizar los derechos humanos de todas las mujeres, así como de etiquetar, aprobar y ejercer los presupuestos, siendo forzoso romper con la herencia colonial, con las relaciones de dominio y de ejercicio del poder sobre que subyuga. Significa la urgencia de transgredir las reglas sociales, culturales, religiosas, normativas y las políticas patriarcales que buscan eternizar la sumisión y opresión contra las mujeres, tal como lo afirma la antropóloga Marcela Lagarde.
Aunado a lo anterior, existe una ausencia del feminismo en las acciones gubernamentales, el feminismo no ha sido incorporado como proyecto político destinado a desbaratar las bases del patriarcado, lo vemos en los procesos administrativos, los discursos y programas colonizadores de hoy. Varias políticas en marcha e incluso los presupuestos, ponen de manifiesto la precariedad de una agenda feminista, que ponga en el centro a las mujeres, niñas y adolescentes, también revelan la incomprensión de lo que en verdad significa, representa y conlleva el patriarcado no sólo en la vida de más del 50% de la población mexicana: las mujeres, sino de todo el país.
Descolonizar es también instalar una democracia compartida, entender que las mujeres tenemos derecho al gozo y a ser nombradas, que no podemos hablar de justicia si no hay dignidad, como lo dice la recién canción “Mi Refugio” de Vivir Quintana. Los retos son enormes y muchos históricos, pero desde el feminismo, único movimiento capaz de transformar un país, muchas respondemos con resistencia, promoviendo las libertades y autonomías de las mujeres, la esperanza, la unidad y reivindicando lo que el Estado ha intentado deslegitimar y coptar. Finalizo compartiendo una respuesta sonora que acuerpa: https://bit.ly/3faVVtg