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1. Rusia y su guerra contra Ucrania
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Foto de Yan Boechat/VOA vía Wikimedia

A medio año de la invasión rusa de Ucrania

 
Edme Dominguez Reyes

Universidad de Gotemburgo, Suecia

 

 

 

 

Ya son 6 meses de guerra y no hay señales de que esta termine. Al contrario, todos los pronósticos apuntan a una continuación indefinida, sobre todo después del anuncio de la semimovilizacion por Putin el 20 de septiembre pasado. La guerra ha transformado todas nuestras perspectivas, planes, expectativas, sueños y angustias, por lo menos en Europa. Pero también en el resto del mundo, como lo demuestra la crisis de los cereales, el alza en los precios de la energía (se llame petróleo, gas o de cualquier otra fuente no renovable). Hay que añadir la carrera inflacionaria, que abarca a cada vez más países en el mundo, así como las alertas de recesión con las que amenaza la temporada de otoño.

La tercera semana de septiembre trajo varias novedades que reflejan los reveses rusos en lo que Putin llamó la “operación militar especial” para según él “extirpar el fascismo de Ucrania” y que se ha convertido en una pesadilla tanto para el liderazgo ruso como para la población ucraniana pero también para el destartalado ejército ruso cuyas bajas han sido enormes. Y está a punto de convertirse en una pesadilla también para la población rusa que hasta el momento no se sentía tan afectada pero que ahora va a tener que pagar el precio del sacrificio de sus hijos, padres, hermanos, aptos para la lucha, aptos para ser carne de cañón.

¿Qué ha pasado desde el 24 de febrero?

Recapitulando, ¿qué ha pasado en estos 6 meses? El 24 de febrero asistimos al inicio de una invasión territorial en Europa, como no la creíamos posible en este siglo 21. De hecho muy pocos estaban preparados para esta agresión rusa pese a la acumulación de fuerzas en las fronteras ruso-ucranianas. La sorpresa fue casi tan grande como la caída del muro de Berlín en 1989 o el colapso de la URSS en 1991. Y la sorpresa no fue solo de Occidente. Putin había pensado que en cuanto empezara su ‘operación militar especial’, nombre oficial de esta guerra en Rusia,  caería Kiev en un abrir y cerrar de ojos. Pero le fallaron los planes gracias a la formidable resistencia ucraniana y a la enorme ayuda militar que tanto Estados Unidos como la Unión Europea han vertido sobre este país.

 

 

Los costos

No obstante, Ucrania, Rusia y el mundo entero están pagando un alto precio. Según estimaciones, hasta hace unas semanas, Ucrania había perdido casi 6,000 civiles en los ataques rusos indiscriminados contra centros de población, hospitales, escuelas, etc y unos 9,000 soldados, además de 6.6 millones de refugiados. Pero las pérdidas rusas se estiman ya en 25,000 soldados lo cual es un verdadero desastre humanitario, económico y geoestratégico para el país agresor (New York Times agosto 24, 2022). De hecho circulan muchas noticias de que, a falta de reclutas voluntarios (y pagados), se han importado fuerzas de Chechenia, Siria y ahora de las mismas cárceles rusas. Toda clase de criminales son ahora convertidos en soldados fieles a Putin y una gran parte de las tropas proviene de las regiones más pobres de Rusia, lo que también explica la tendencia depredadora y el saqueo perpetado (Radio Sueca. 15 sept 2022). De hecho se habla cada vez más de fosas comunes y pruebas fehacientes de torturas y un sinnúmero de violaciones a los derechos humanos cometidos por las tropas rusas. Se calcula, además, que la reconstrucción de Ucrania costará unos 346 billones de dólares, sin contar los costos al medioambiente (World Bank septiembre 9, 2022).

 

A nivel del medioambiente

En este aspecto, los costos se calculan en la huella de CO2 o huella de carbono dejada por la industria militar, no solo en este conflicto sino en todos los que tienen lugar o han tenido lugar recientemente. En el caso de la invasión a Ucrania se registraron 36 ataques rusos a infraestructuras ligadas a combustibles fósiles, solo en las primeras cinco semanas de la invasión. Esto dio origen a numerosos incendios, incluso dentro de las fronteras rusas, que liberaron una gran cantidad de partículas de metano y carbono a la atmósfera. La cantidad de emisiones dependerá de la duración del conflicto y del tipo de armas que se utilicen. Pero además está la contaminación de los ecosistemas que contrarrestan estas emisiones. Autoridades ambientalistas  ucranianas están tomando pruebas en los depósitos acuíferos y en la tierra afectados por los ataques (Economy and Ecology agosto 1, 2022).

Las reconstrucciones posconflictos también producen grandes emisiones de carbono. Este será necesariamente el caso de Ucrania ya que en el Foro Económico Mundial de Davos, Zelenski, el presidente ucraniano, declaró que se necesitarán al menos 5 billones de dólares mensuales en esta reconstrucción.  Se ha calculado que la reconstrucción de Siria tendrá como consecuencia la emisión de 22 millones de toneladas de emisiones de carbono. Aunque fuera solo por esto, aparte de las pérdidas humanas, sería urgente llegar a un alto al fuego en el caso de Ucrania. 

Sin embargo, el reporte de abril pasado del panel intergubernamental sobre cambio climático (IPCC, por sus siglas en inglés) apenas menciona al sector militar. Esto a pesar de que las emisiones causadas por las fuerzas armadas y sus equipos militares tienen impactos medioambientales serios en todo el mundo. Su omisión se debe a la presión ejercida por Estados Unidos para que las emisiones de carbono causadas por operaciones militares fueran excluidas de los tratados de medio ambiente, por ejemplo el de Kioto en 1997 o el de París de 2015. Debido a esto, dichas emisiones no son incluidas en los acuerdos vinculantes y no son monitoreadas sistemáticamente ni reportadas de manera transparente. Es por ello que las estimaciones sobre sus efectos no son muy precisas. 

Volviendo a la guerra en Ucrania, ya antes del conflicto, el aparato militar alemán era responsable de la emisión de 4,5 millones de toneladas de CO2 en 2019, es decir el doble de lo producido por la aviación civil alemana ese año. Pero esto se incrementará con la decisión de aumentar el presupuesto militar alemán a raíz de la invasión rusa. Por ejemplo cada uno de los jets F-35, ordenados a Lockheed Martin, emite alrededor de 28 toneladas de CO2 por tanque de combustible, más del doble de la huella de carbono anual de 11.2 toneladas por habitante en Alemania (Economy and Ecology, agosto 1, 2022).

Pero además, los costos de la guerra en Rusia los ha estado financiando indirectamente la Unión Europea a través de sus compras de combustibles fósiles. Desde finales de febrero, cuando empezó la agresión, hasta finales de abril, la UE le había pagado a Rusia unos 39 billones de euros, siendo Alemania el importador más importante con 8,3 mill de euros (ibid.).

Y aunque  la Unión Europea está haciendo esfuerzos desesperados por minimizar la dependencia energética de Rusia, las alternativas a corto o mediano plazo no son positivas para el medio ambiente. Países como Polonia están recurriendo a mayores importaciones de carbón, lo que en menor medida se hará en otros países europeos como Alemania o los países bálticos. Si bien el corte de las entregas rusas de combustibles fósiles parecía abrir la posibilidad de una transición más rápida a energías alternativas, la comunidad europea aún no parece tener la capacidad para llevar a cabo esta transición de manera rápida y efectiva.

Más armamentismo

El gasto en compras de armas a nivel mundial alcanzaba ya en 2020 la suma de tres trillones de dólares anuales, lo que no hará sino aumentar con la invasión de Ucrania (CNBC 2020). Se ha desatado una espiral de mayores gastos de defensa dentro de los países de la OTAN lo que provocará aumentos similares no solo en Rusia sino en China y otras potencias medianas. La paradoja es patente: la supuesta seguridad militar significa mayor inseguridad ambiental para el planeta y para la sustentabilidad de la vida.

El armamentismo está también afectando la vida de la población europea a causa de esta guerra. A principios de 2022 era muy difícil imaginar que Suecia y Finlandia intentarían ser miembros plenos de la OTAN o que los presupuestos militares de todos los países europeos subirían al ritmo que lo están haciendo. En Suecia, ya se planea un aumento del 1.2 a un 2% del PNB para el próximo año, además de campañas de reclutamiento militar voluntario y obligatorio entre la juventud. Polonia se quiere convertir en el poder militar más importante de la UE, está planeando aumentar su presupuesto militar a 3% de su PNB a corto plazo pero con la meta de un 5% a mediano plazo (Radio Sueca, Europapodden, agosto 23, 2020). Y claro está, las industrias militares que ya no se dan abasto con la demanda están haciendo su agosto con estos gastos en armamento. Pero una cosa es constatar esto y otra deducir que son estos intereses militares de lucro los que están detrás de la guerra como fue el caso de la agresión de EUA a Irak donde, en efecto, estos intereses militares tuvieron un peso importante. La actual es una guerra lanzada por Putin en aras de recuperar para Rusia un estatus de superpotencia, y es muy dudoso que Putin trate de favorecer a las industrias militares occidentales.

La población refugiada y el costo energetico

Además está el costo de los refugiados ucranianos que aunque han sido aceptados y bienvenidos en casi todos los países europeos, se ven como una carga, al menos a corto plazo.  Además, la fuga de cerebros está siendo particularmente costosa para Rusia. Desde los 90, Rusia se integró en la globalización económica que favoreció a una cierta clase media y clase media alta con grandes expectativas. Todo esto se frenó con la guerra, se está dando marcha atrás para la enorme frustración de una joven generación de profesionales que toma el camino del exilio. Se calculan entre 300,000 y medio millón de emigrados rusos a causa de la guerra y la represión política (Kantchev Georgi 2022). Y dada la ‘semimovilizacion’ anunciada por Putin recientemente, esta fuga de cerebros se acelerará.

A nivel energético, la Unión Europea dependía en gran medida del gas y petróleo rusos que, debido a las sanciones, ya se ha planificado disminuir a corto plazo para ser eliminado del todo, para el próximo año. Así que todos los países de la Unión se aprestan a resolver -cada uno como puede- estos problemas de abasto y precio y se prevén  serios recortes de electricidad durante este otoño-invierno. En Suecia, lo que más se discute diariamente es el alto precio de la electricidad, ya que aunque el país se autoabastece en gran parte con sus propias fuentes energéticas, lo que no se cubre por la producción nacional se importa y el precio de la energía importada, que es muy alto, fija el precio que pagamos los consumidores, privados y de empresa.

Medidas desesperadas

El desarrollo de esta invasión es una prueba de los errores y reveses rusos. Putin no se esperaba la resuelta resistencia ucraniana, ni la masiva aportación de armas y recursos financieros occidentales a Ucrania. Tampoco se esperaba la ineficacia de sus propias fuerzas armadas, su pésimo equipamiento, producto de la enorme corrupción que corroe a todo el aparato estatal ruso, la baja moral de las tropas y las pésimas tácticas y estrategias militares. 

Y dados los terribles resultados hasta ahora y el éxito de la contraofensiva ucraniana que ya recupera terreno en los territorios ocupados del sur, Putin recurre a dos medidas desesperadas: a) La semimovilización de la población masculina rusa y b) el referéndum en las llamadas repúblicas populares de Donetsk y Luhansk para lograr su anexión a Rusia.

La semimovilizacion establece la meta de 300,000 hombres, pero en otros documentos se habla de un millón.Se espera reclutar primero entre las minorías étnicas no rusas, residentes en Rusia, práctica llevada a cabo anteriormente y que habla bastante del racismo ruso. Sin embargo, esto no ha evitado el pánico entre la población en general que pese al miedo a la represión se ha lanzado a protestar en más de 40 ciudades rusas con un saldo de 1,300 personas detenidas (hasta el 24 de septiembre). En los medios de comunicación social se hace un juego de palabras y se habla de ‘Magilitzasia’ -  lo que quiere decir movilización para la tumba en lugar de ‘mobilitzacia’ (Radio Sueca sept 21, 2022). Se dice que ya todos los boletos aéreos para salir del país a los lugares que aún reciben ciudadanos rusos, se han agotado. Los países de la Unión Europea limítrofes con Rusia han cerrado sus fronteras a todo ciudadano ruso o están a punto de hacerlo como Finlandia. Los abogados que defienden a soldados movilizados que quieren ser exonerados del reclutamiento no se dan abasto y las familias con miembros susceptibles de ser reclutados están buscando desesperadamente la forma de ayudar a sus familiares a librarse de este reclutamiento. Por otra parte, los hijos de la elite se consideran exonerados como lo prueban las declaraciones del hijo de Dmitrij Peskov, el vocero de Putin, mismas que fueran subidas a Youtube (Svenska Dagbladet, sept 23, 2022).  Es claro que Putin quería evitar esto sabiendo el pánico que se generaría, pero al parecer no vio otra alternativa dados los reveses sufridos.

La segunda medida desesperada son los referéndums organizados en las regiones ocupadas, las consultas populares para que la población local opine de la anexión de estos territorios a Rusia. Estos referéndums carecen de toda legitimidad, pero se celebran igual para darle una fachada democrática a una anexión a todas luces ilegal. ¿Qué busca Putin con esta anexión forzada que casi ningún país reconocerá? Subir los costos porque ya no se trataría de una lucha por reconquistar territorio ucraniano, sino un ataque a territorio ruso, lo que aumenta el riesgo de una escalada del conflicto, incluso a nivel nuclear.

Por otro lado, países que pretendían permanecer neutrales como China e India han empezado a externar sus dudas y críticas y aunque sus posiciones en general sigan siendo antioccidentales no por eso le darán carta blanca a Putin.

 
El avance de la extrema derecha en Europa: posibles aliados de Putin?

Pero no todo le es desfavorable a Rusia. Los avances de la extrema derecha en diferentes países de la UE son ya un hecho y esto puede fracturar la hasta ahora extraordinaria unidad antirusa en Europa.

Suecia celebró sus elecciones parlamentarias el 11 de septiembre, que como se preveía, tuvieron resultados de casi empate con una mínima ventaja para el bloque conservador por el avance electoral del partido de extrema derecha los, sueco demócratas. Aún no tenemos un nuevo gobierno, pero Magdalena Andersson, líder del partido socialdemócrata, ya ha presentado su renuncia como primera ministra. La formación de un gobierno de derecha no será fácil dada la aún fuerte reticencia de los partidos tradicionales de este bloque a colaborar con los sueco-demócratas. Será en todo caso un gobierno débil, aunque la influencia de la extrema derecha se dejará sentir sin duda. 

Italia acaba de celebrar sus elecciones parlamentarias y, como se esperaba, el bloque de derecha ha obtenido la mayoría. La Lega con Matteo Salvini junto con Forza Italia de Silvio Berlusconi y los posfascistas Fratelli d’Italia lograron imponerse frente a una izquierda fragmentada. La líder de los Fratelli d’Italia, Giorgia Meloni,  encabezará seguramente un gobierno basado en el euroescepticismo, con programas antiinmigrantes y un fuerte cuestionamiento de las sanciones contra Rusia. Se habla de un gobierno italiano a la ‘Orban’, el presidente húngaro que tantos dolores de cabeza le ha dado a la UE. Esto causa gran alarma en los corredores de la Unión Europea, la misma preocupación que se hizo sentir antes de las elecciones presidenciales francesas  por un posible triunfo de Marie le Pen, marcada por su simpatía hacia Putin.

Estos triunfos de la extrema derecha podrían fragmentar la hasta ahora sólida resistencia europea a su conquista de Ucrania y podrían dificultar la continuación del apoyo armamentista, financiero y político a la nación agredida. Sin embargo, la misma extrema derecha populista está dividida: mientras Orban y ahora posiblemente Meloni quisieran retomar el contacto con Moscú y aliviar las sanciones europeas, el gobierno polaco y los demócratas suecos siguen manteniendo una fuerte posición antirusa al igual que la mayoría de los miembros de la Unión Europea.

La pesadilla sigue y todos perdemos

Excepto por las industrias de armamento, todos perdemos con esta guerra. La Unión Europea atraviesa una enorme crisis energética a causa de la gran dependencia del petróleo y gas ruso, lo que ha desatado los precios de la energía eléctrica y ha precipitado una enorme inflación, la mayor que se haya vivido en décadas. Esto propicia una crisis económica fuerte y los signos de la recesión se están dejando ver en todos los países del continente. En consecuencia, aumenta el descontento en varios sectores de la población y se incrementa la xenofobia, lo que echa más agua al molino de los partidos populistas de extrema derecha como acabamos de ver. 

Pero si Europa pierde, Rusia no se queda atrás. El frustrado proceso de democratización que empezó en 1991 y que tan mal salió, debido en mucho a los pésimos consejos de expertos económicos occidentales, entre ellos suecos, recreó un país de contrastes sociales extremos con una oligarquia depredadora y todos los ingredientes para el autoritarismo-dictadura que hoy vemos. Si bien la modernización y la integración de Rusia a la globalización creó una clase media orientada hacia el consumo y hacia Europa, ese camino se cerró con la invasión a Ucrania y esa clase media está desintegrándose. Sus hijos, los que pueden, huyen y los que se quedan están a punto de ser sacrificados en aras de un nacionalismo fundamentalista que evoca glorias pasadas reconstruidas a la medida de los deseos de la dictadura vigente.

 Es sin duda imposible, hoy por hoy, predecir un desenlace en cuanto a esta guerra que ya afecta directa o indirectamente al mundo entero. Lo que sí es claro es que estos seis meses son apenas una muestra de lo que nos espera aún, mucho sufrimiento y pérdidas humanas a corto y largo plazo en un conflicto a todas luces absurdo.

Referencias:

CNBC 2020. https://www.cnbc.com/2020/02/04/global-military-expenditure-and-arms-trade-report.html

Economy and Ecology agosto 1, 2022. https://www.ips-journal.eu/topics/economy-and-ecology/war-is-a-climate-killer-6094/?utm_campaign=en_1022_20220801&utm_medium=email&utm_source=newsletter

 

Kantchev, Georgi; Gershkovich, Evan; Chernova, Yuliya (2022-04-10) “Fleeing Putin, Thousands of Educated Russians Are Moving Abroad”. The Wall Street Journal.

New York Times  agosto 24, 2022.  https://www.nytimes.com/2022/08/24/world/europe/russia-ukraine-war-toll.html

Radio Suecia, Radiokorrespondenterna, Ryssland, sept 15, 2022

Radio Sueca, Radiokorrespondenterna, Ryssland sept 21, 2022

Radio Sueca, Europapodden. Agosto 23, 2022. https://sverigesradio.se/avsnitt/polen-blir-europas-storsta-militarmakt

Svenska Dagbladet, sept 23, 2022. Estocolomo, Suecia.

World Bank. Press Release. septiembre 9, 2022. https://www.worldbank.org/en/news/press-release/2022/09/09/ukraine-recovery-and-reconstruction-needs-estimated-349-billion

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