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4. Migración internacional y México
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Perspectivas migratorias en México: Entre la contención migratoria y el respeto de los derechos humanos

Chantal Lucero-Vargas

Universidad Autónoma de Baja California

Correo: luceroc@uabc.edu.mx

 

 

 

El 11 de enero del presente año, un camión de carga se volcó sobre la autopista 150-D Veracruz-México. El camión accidentado llevaba en su interior 38 migrantes procedentes de Centroamérica (López y Aguirre, 2022). Cabe destacar que el 9 de diciembre del 2021, ya había ocurrido un accidente similar entre los tramos carreteros de Chiapa de Corzo y Tuxtla Gutiérrez, en esta ocasión, el camión de carga en el que viajaban 160 migrantes, en su mayoría procedentes de Guatemala, se volcó, provocando la muerte de 56 personas; entre las víctimas fatales se encontraban menores de edad (Montenegro, 2021).

Si bien, la actual administración insiste en que el gobierno está implementando una política migratoria “más humanitaria”, ha sido palpable el robustecimiento de la militarización en los puntos de control fronterizo a lo largo, sobre todo, de la frontera sur del país. Lo anterior ha provocado -al igual que en gobiernos pasados- que las personas que se internan en territorio mexicano de forma irregular busquen alternativas o estrategias para sortear los múltiples retenes migratorios que se encuentran a lo largo del territorio mexicano. Entre estas estrategias se encuentra, precisamente, el viajar en camiones de carga en donde su integridad física está expuesta, no solo a los peligros que implica el viajar de esa forma, sino que, en la mayoría de los casos, estas estrategias son llevadas a cabo por organizaciones delictivas especializadas en el tráfico de personas.

México como receptor de migrantes con el programa ‘Quédate en México’

 

Los flujos migratorios de sur a norte que utilizan México como país de tránsito no son un fenómeno reciente, sin embargo, a raíz de las recientes ‘imposiciones’ migratorias por parte del gobierno estadounidense, particularmente durante la presidencia de Donald Trump, México ha tenido que transicionar de ser un lugar de tránsito a ser un lugar de destino.

Es importante señalar que, a finales de enero del año 2019, Estados Unidos implementó los Protocolos de Protección al Migrante (MPP por sus siglas en inglés), o lo que se conoce como el programa ‘Quédate en México’, una estrategia para contener el ingreso de la migración irregular. Mediante este programa, las personas que solicitan asilo a través de la frontera sur de dicho país, pueden ser devueltas a México con la finalidad de esperar en territorio mexicano la resolución a sus peticiones de asilo. La implementación de este programa fue una decisión unilateral por parte del gobierno de los Estados Unidos de América, la cual fue aceptada por el Estado Mexicano argumentando que lo hacía por ‘razones humanitarias’, convirtiendo a México, desde ese momento, en un tercer país seguro de facto. Esta situación, poco a poco fue exacerbando la vulnerabilidad de esta población migrante –se calculan por miles e incluyen menores de edad, asentada en los estados fronterizos del norte del país en donde son un blanco fácil de ser víctimas de diversos delitos como robo, violaciones, extorsiones y secuestros.

En marzo de 2020, la Organización Mundial de la Salud (OMS) declaró como pandemia la situación de emergencia sanitaria suscitada por la COVID-19. Lo anterior provocó una suspensión en los procedimientos en materia migratoria en Estados Unidos, incluido el asilo. Tan solo un mes después y atendiendo a su normatividad, el gobierno estadounidense declaró la aplicación de lo que se conoce como el “Título 42”, que faculta al gobierno de los Estados Unidos a suspender la entrada de personas extranjeras a su territorio con la finalidad de prevenir enfermedades transmisibles. En este contexto, toda persona detenida, tratando de ingresar a los Estados Unidos de forma irregular, es regresada a México sin importar la nacionalidad y sin mediar un procedimiento oficial de deportación.

Una vez terminado el mandato presidencial de Donald Trump y con la llegada de Joe Biden en enero del 2021, se pensó que el tema migratorio mejoraría. Uno de los primeros actos del Presidente Biden, en junio de ese año, fue dar por terminada la aplicación de los MPP, aunque dejó la implementación de las expulsiones expeditas en el marco del Título 42. La acción de suspender la aplicación de estos protocolos no fue bien recibida por los estados de Missouri y Texas, los cuales se inconformaron legalmente, llegando el caso hasta la Suprema Corte de dicho país, misma que falló a favor de dichos estados. Ante esta situación, el gobierno de los Estados Unidos se vio en la necesidad de reabrir el programa ‘Quédate en México’, que, después de varias negociaciones con el gobierno mexicano, en diciembre del año pasado se reinició en las fronteras de El Paso, Texas y Cd. Juárez, Chihuahua, para posteriormente extenderlo a otros puntos fronterizos (París, 2022).

 
Estancias de visitante por razones humanitarias y el reconocimiento de la condición de refugiado como medida para frenar la migración irregular

 

La implementación de los Protocolos de Protección al Migrante y del Título 42, aunado al hecho de que Estados Unidos ha declarado abiertamente que no quiere más migración irregular en su frontera sur, ha orientado a México a activar mecanismos físicos y legales para disuadir, de cierta forma, la llegada de migrantes irregulares a su frontera norte. Uno de estos mecanismos es regularizar el estatus migratorio de todo aquel migrante que no cuente con documentos probatorios de su legal estancia en el país, mediante el otorgamiento de visas humanitarias. Con estas, los migrantes tienen la posibilidad de contar con su Clave Única de Registro de Población (CURP), un documento que les permite acceder a empleos de forma legal y quedarse en el país de forma regular hasta por un año. El otro mecanismo es el reconocimiento de la condición de refugiado. Sin embargo, esta buena voluntad por parte del gobierno mexicano solo hizo que más migrantes llegaran al país a acogerse a este beneficio para transitar de forma segura hacia alguno de los estados de la frontera norte a la espera de la oportunidad para cruzar a territorio estadounidense, ya sea a través de una solicitud de asilo o de forma irregular.

Esta situación provocó una saturación de solicitudes tanto en el Instituto Nacional de Migración (INM) en relación a la expedición de estancias de visitante por razones humanitarias, como en la Comisión Mexicana de Ayuda al Refugiado (COMAR), en relación a las solicitudes de reconocimiento de la condición de refugiado. En efecto, tan solo en 2021, las solicitudes del reconocimiento de la condición de refugiado aumentaron un 320.63% en comparación con 2020 cuando la mayoría fueron presentadas en la ciudad de Tapachula, Chiapas (COMAR, 2022), por ser el principal punto de internación a territorio mexicano de los flujos migratorios provenientes del sur. Este aumento de solicitudes, aunado a las restricciones impuestas por la COVID-19, generó retrasos en los procedimientos respectivos y cientos de personas quedaron varadas en Tapachula mientras esperaban las resoluciones de sus casos.

Lo manifestado se vio claramente el pasado mes de diciembre, cuando un grupo de aproximadamente 5,000 migrantes -en su mayoría de Haití- empezaron a acampar en las instalaciones del Estadio Olímpico de la ciudad de Tapachula, Chiapas, para ser traslados a otros estados y continuar con sus solicitudes de regularización migratoria como una estrategia implementada por el gobierno mexicano para aligerar la carga, tanto en las oficinas del INM, como en las oficinas de la COMAR en esa entidad, sin embargo, de nueva cuenta, esto provocó que más migrantes llegaran a esas instalaciones. En este sentido y acorde a cifras del INM (2021) más de 10,000 migrantes se concentraron en dicho Estadio Olímpico con la esperanza de ser trasladados a otros estados. Esta situación rebasó la capacidad de ayuda del Instituto, lo que provocó que se suspendiera dichos traslados hasta que hubiera más orden y certeza de que la seguridad, tanto del personal del Instituto como de los propios migrantes, estuviera garantizada.

 

Perspectivas de la migración en México

 

La violencia generalizada que se vive en El Salvador y Honduras, la pobreza extrema que se experimenta en Guatemala, así como los problemas políticos y de violaciones sistemáticas a los derechos humanos que presentan los países de Venezuela, Cuba y Haití, principales nacionalidades que componen actualmente el flujo migratorio en México, son factores que no se van a erradicar de la noche a la mañana.

Aunque el Estado mexicano busque regularizar a la mayor cantidad posible de migrantes para que se queden en el país, lo cierto es que México es y seguirá siendo un país de tránsito para todo aquel extranjero proveniente del sur que busque ingresar a los Estados Unidos de América con la finalidad de solicitar asilo. Los planes de cooperación, tanto con Estados Unidos como con El Salvador, Guatemala y Honduras -principalmente-, van encaminados a detener la migración irregular. Ante esta situación, el actual gobierno ha implementado mecanismos de contención en torno a estos flujos migratorios, sin embargo, esta política de contención ha salido bastante contraproducente ya que orillan a los migrantes a crear diferentes estrategias para transitar por México, ya sea de forma regular, a través de una estancia de visitante por razones humanitarias o a través del reconocimiento de la condición de refugiado o de forma irregular, escondidos en camiones de carga para burlar los retenes que se encuentran a lo largo de territorio mexicano o mediante la guía de un traficante de personas -si cuentan con el capital para ello-, exponiendo con ello su vida y la de sus familias.

Tal vez, considerando que esta política de contención migratoria no encaja con la política ‘humanista’ por la que este gobierno quiere caracterizarse, México ha decidido ofrecer a esta población migrante el beneficio de regularización de su situación migratoria, ya sea a través del otorgamiento de una estancia de visitante por razones humanitarias o reconociéndolos como refugiados. No obstante, conviene subrayar que no solo se trata de regularizar la situación migratoria de todo aquel migrante que se encuentre en el país o simplemente dar un apoyo asistencialista a los mismos. Falta dimensionar, por parte del actual gobierno, la formulación de mecanismos eficaces mediante políticas públicas y acciones afirmativas en torno a la integración de estos migrantes en las sociedades de acogida. De igual forma se tiene que trabajar en la implementación de estrategias efectivas que garanticen el acceso a servicios básicos como salud y educación, a las personas migrantes que se encuentren en el país, ya sea de forma regular o irregular, garantizando, de una manera eficaz, el respeto a los derechos humanos consagrados en los distintos ordenamientos jurídicos internacionales en la materia y de los cuales el Estado mexicano es parte.

En este sentido y considerando que no se vislumbra, por lo menos en un corto plazo, una reducción en los flujos migratorios hacia Estados Unidos en los próximos años, el Estado mexicano sigue -y seguirá- en la misma dicotomía en la que ha estado inserto por años, por un lado, la de restringir los movimientos migratorios de extranjeros irregulares que usan México como país de tránsito como paso previo a su internación a los Estados Unidos de América; por el otro, el de respetar, garantizar y promover, los derechos humanos de estos migrantes como lo ha pregonado incansablemente en la retórica, sin embargo, para lograr esto último a la par que intenta frenar la migración irregular, el camino que se vislumbra es bastante complicado.  

 

 

Referencias bibliográficas:

 

Comisión Mexicana de Ayuda al Refugiados. [@comar_sg]. (6 de enero de 2022). Compartimos las Estadísticas de solicitantes de la condición de refugiado en México, al cierre de diciembre 2021. [Tweet]. Twitter. https://bit.ly/3nFvi0I

 

Instituto Nacional de Migración (2021). Tarjeta Informativa Matutina del 23 de noviembre de 2021. https://bit.ly/3fGB5yU

 

López, L. y Aguirre, R. (12 de enero de 2022). “Choca camión con 38 migrantes en Veracruz, el vehículo portaba logotipo de Diconsa”. Excelsior. https://bit.ly/3qECoEK

 

Montenegro, J. (16 de diciembre de 2021). “México: Surgen nuevos detalles del tráiler accidentado en el que murieron 56 migrantes en Chiapas”. Independent en español. https://bit.ly/3GO9O9y

 

Páris, M. (2022). “El reinicio del programa Quédate en México o Protocolos de Protección al Migrante”. En Boletín del Observatorio y Legislación de Política Migratoria, enero 2022, El Colegio de la Frontera Norte. https://bit.ly/3qI3Cdx

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