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1. Economía, remesas, política energética y social
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Pese al COVID-19 las remesas a México continúan creciendo: Discerniendo posibles argumentos y explicaciones

 
Juan José Li Ng [*]

Economista Senior - BBVA Research

 

 

 

La pandemia por COVID-19 a nivel mundial y las medidas de los diferentes gobiernos para disminuir los contagios y evitar la saturación de los hospitales han llevado a una fuerte contracción económica. A inicios de año, durante el mes de enero, el Banco Mundial estimaba un crecimiento cercano a 2% en el Producto Interno Bruto (PIB) mundial para 2020, y para el mes de abril, inmerso en la pandemia, proyectaba una contracción de 2% (Maliszewska et al., 2020). Posteriormente, cuando ya muchos países decidieron reabrir sus actividades económicas, con o sin el control de la propagación de la enfermedad, se tuvo más información para cuantificar los posibles efectos de esta crisis en la economía mundial. Para el mes de junio, la línea base del Banco Mundial apuntaba a una contracción económica de 5.2% en el PIB global (Banco Mundial, 2020b).

En México, así como en otras partes del mundo, la crisis por el COVID-19 llevó al cierre total o parcial de muchas empresas y negocios, y su consecuente pérdida de fuentes de empleo y de ingreso para muchas personas, tanto en la economía formal como en la informal. Adicionalmente, cerca de 1.6 millones de hogares en México que dependen de las remesas, es decir, del ingreso proveniente del exterior que es mandado unilateralmente por algún familiar o conocido, temían por la reducción de sus ingresos debido a las afectaciones por la pandemia en la economía de Estados Unidos. En ese país, residen cerca de 12 millones de migrantes mexicanos y otros 25 millones de personas con ascendencia mexicana, siendo el origen del 95% del total de las remesas a México.

En este artículo, se analiza el flujo de remesas a México durante la crisis por el COVID-19 y se reflexiona sobre las causas que pudieran explicar su comportamiento en ese periodo. Para tener un marco y contrastar las hipótesis, se hace una comparación con los flujos monetarios de otros países receptores de remesas en América Latina y el Caribe, siendo estos: Guatemala, El Salvador, Colombia y República Dominicana.

Las remesas son una fuente de ingreso muy importante, principalmente para los países en desarrollo. Se estima que a nivel mundial su flujo ascendió a cerca de 714 mil millones de US dólares en 2019. Hay países cuyas economías dependen mucho de estos recursos, por ejemplo, en El Salvador las remesas equivalen a más de 20% de su PIB, para Guatemala representan 12%, República Dominicana 8%, México casi 3% y Colombia 2% (Fundación BBVA et al., 2019).

Previo a la crisis por COVID-19, se estimaba que las remesas en el mundo podrían crecer 5% en 2020, pero las últimas estimaciones indican que podrían contraerse hasta en un 20% a nivel mundial, y en América Latina y el Caribe disminuir en 19% en este año (Banco Mundial, 2020a). Así, al menos desde el mes de marzo, se anticipaba una fuerte contracción del flujo de remesas hacia los hogares en México. Sin embargo, como se muestra en los datos de la gráfica, en los meses de marzo, abril y mayo de 2020, los flujos de remesas a México superaron por mucho las expectativas.

 

 

Gráfica 1. Flujo de remesas mensuales, países seleccionados, 2020

(Var. % respecto al mismo mes del año anterior)

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Fuente: Elaboración propia a partir de datos de Banco de México, Banco de Guatemala, Banco Central de Reserva de El Salvador, Banco de la República de Colombia, Banco Central de la República Dominicana, 2020.

 

Durante el mes de marzo de 2020 ingresaron a México 4,007 millones de US dólares por concepto de remesas, marcando un récord histórico en el monto recibido en un solo mes, con un crecimiento de 35% respecto a 2019. Este súbito aumento se explica en parte por la fuerte depreciación del peso mexicano frente al dólar estadounidense que fue cercano a 25% durante marzo (Li Ng, 2020).

La crisis sanitaria en Estados Unidos inició durante las últimas dos semanas de marzo en la ciudad de Nueva York y su zona conurbada. Debido a que en los estados de Nueva York y Nueva Jersey, residen casi el 60% de los migrantes nacidos en República Dominicana, el flujo de remesas hacia ese país fue de los más afectados, con una caída en ese mes de 22%. Si bien esto podría justificar por qué no se vio afectado el flujo de remesas a México en marzo, dado que es relativamente menor la proporción de mexicanos en esa región, no queda claro por qué incrementó 31% las remesas a Colombia, dado que estos son los dos principales estados donde residen los migrantes de este último país.

Tabla 1. Principales estados de residencia de los migrantes en Estados Unidos, países de origen seleccionados, 2018 (%)

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Fuente: Elaboración propia a partir de datos de la American Community Survey (ACS), 2018.

 

Para el mes de abril, varios estados de Estados Unidos, principalmente de la costa atlántica, ya veían un crecimiento considerable de los casos de COVID-19, y se habían implementado restricciones importantes a la movilidad y a las actividades económicas. Durante ese mes, se observaron las contracciones más importantes en el flujo de remesas desde Estados Unidos. El Salvador, Colombia y República Dominicana tuvieron contracciones de este flujo monetario de entre 33% a 40%, y Guatemala de 20%. Sorprendentemente, las remesas a México solo presentaron una caída de 3%. Aun con importantes disminuciones en la movilidad y con la actividad económica aminorada en Estados Unidos, durante el mes de mayo las remesas a Guatemala, El Salvador y Colombia tuvieron contracciones de entre 14% a 27%, mientras que México nuevamente sorprendió registrando un aumento de 3%.

Diversos analistas y medios de comunicación han señalado algunos motivos que buscan explicar el importante volumen de remesas que recibió México en los pasados meses de abril y mayo pese a la crisis por el COVID-19. Se ha argumentado que la población migrante mexicana hizo uso del seguro de desempleo y de programas sociales en Estados Unidos como cobertura. En California, por ejemplo, el gobernador anunció un Fondo de Alivio del Desastre para Inmigrantes (Disaster Relief Assistance for Immigrants, DRAI) con 75 millones de US dólares para apoyar económicamente a los migrantes más necesitados sin importar su condición de documentación (Martínez O., 2020; Telemundo52, 2020).

Sin embargo, si se compara a la población migrante mexicana respecto a la de Guatemala y El Salvador, no parece que exista una diferencia relevante en cuanto a los estados de residencia en la Unión Americana que pudieran explicar este comportamiento diferenciado en la recepción de remesas. Una importante proporción de los migrantes de estos tres países vive en California y Texas. Es difícil justificar por qué los migrantes mexicanos se beneficiaron de programas federales y locales, y no lo pudieron hacer otros grupos de migrantes, como los oriundos de Guatemala y El Salvador.

Una mayor proporción de migrantes con ciudadanía estadounidense podría estar relacionado con la tenencia de empleos de mayor calidad y mayores niveles de ingreso, lo que podría generar mayor estabilidad económica. Los migrantes nacidos en México tienen una mayor proporción con ciudadanía estadounidense que los de Guatemala, pero inferior a los de El Salvador. Además, más de la mitad de los migrantes de Colombia y República Dominicana tienen la ciudadanía estadounidense, y pese a esto, las remesas a estos dos países registraron fuertes caídas entre abril y mayo. Así, tampoco parece que la condición migratoria sea un factor determinante que explique el flujo de remesas durante la pandemia.

Se sabe que la situación actual generada por el COVID-19 tiene mayores afectaciones en ciertas actividades económicas, como en los sectores del turismo, restaurantes, hoteles, entretenimiento, servicios personales, ventas al por menor en locales comerciales, entre otros (Gelles, 2020), por lo que se pensaría que los migrantes mexicanos tienen mayor concentración en sectores económicos que se vieron menos afectados. Sin embargo, la estructura de la población migrante mexicana por sector económico de ocupación es similar al de la población de El Salvador, el cual ha registrado importantes contracciones en su flujo de remesas.

Se ha argumentado que, dado que hay un importante volumen de migrantes mexicanos no autorizados en Estados Unidos, ellos trabajan mayormente en sectores no formales que posiblemente no se vieron afectados o se transladaron a actividades económicas necesarias durante el periodo de la pandemia, como la repartición de alimentos y entrega de paquetería. Sin embargo, este mismo argumento podría aplicarse a las personas originarias de Centroamérica.

 

Tabla 2. Características de los migrantes en Estados Unidos, países de origen seleccionados, 2018 (%)

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Fuente: Elaboración propia a partir de datos de la American Community Survey (ACS), 2018.

 

 

Así, es difícil poder encontrar algún razonamiento que explique el porqué las remesas a México han sido casi inmunes a la fuerte contracción económica en Estados Unidos entre marzo y mayo de 2020, y por qué sí han afectado severamente este flujo monetario hacia otros países de América Latina y el Caribe. Inmerso en la pandemia mundial, durante los primeros cinco meses de 2020, las remesas a México sumaron 15,538 millones de US dólares, lo que equivale a un crecimiento de 10.4% respecto al mismo periodo de 2019. Actualmente, la economía de Estados Unidos está en proceso de reapertura y en búsqueda de reactivar su economía. Aun si en los restantes siete meses del año las remesas a México tuvieran un crecimiento moderado, todo apunta a que romperán nuevamente su récord histórico para finales de año, superando los 37,000 millones de US dólares.

Probablemente, la explicación puede ser multifactorial, en donde el efecto y la interacción de muchas variables socioeconómicas y laborales contribuyen cada una a explicar una pequeña parte del flujo de remesas a México. O tal vez, la respuesta pueda estar en ciertas características difíciles de observar o de carácter cualitativo de la población migrante y de descendencia mexicana que radica en Estados Unidos, como lo son: el tipo de vínculo o parentesco con los familiares en las comunidades de origen, el papel de las diásporas para el apoyo mutuo en tiempo difíciles, la proximidad geográfica de los migrantes en California y Texas de la frontera con México, los niveles de ahorro, el emprendedurismo, la resiliencia, entre otras características.

Por último, me gustaría cerrar con una reflexión. Después de terminada la pasada recesión financiera en Estados Unidos, se esperaba que creciera nuevamente el volumen de migrantes mexicanos hacia el vecino país del norte. Esto no ocurrió, sino que inició el llamado periodo de “migración neta cero” que continúa hasta la actualidad, y las remesas tardaron 10 años para recuperar sus niveles observados en 2007. En contraste, en este periodo los flujos de Centroamérica y de migrantes de otras regiones del mundo continuaron creciendo, mientras que las remesas se recuperaron de forma más rápida (Serrano, Ordaz Díaz, & Li Ng, 2013; Serrano, Ordaz Díaz, Li Ng, et al., 2013). Es posible que estos mismos factores no observables que llevaron a la “rigidez” en la migración y las remesas de México posterior a la recesión financiera contribuyan actualmente en prevenir la caída en las remesas a nuestro país ante la crisis por el COVID-19. O quizás, la experiencia de haber sido uno de los grupos de migrantes más afectados en la pasada recesión les dejó algún aprendizaje para afrontar la actual crisis. 

 

Notas

[*] jling@unam.mx

Referencias

 

Banco Mundial. (2020a). COVID-19 Crisis Through a Migration Lens. http://documents1.worldbank.org/curated/en/989721587512418006/pdf/COVID-19-Crisis-Through-a-Migration-Lens.pdf

Banco Mundial. (2020b). Global Economic Prospects.

https://www.bancomundial.org/es/publication/global-economic-prospects

Fundación BBVA, BBVA Research, & Conapo. (2019). Anuario de Migración y Remesas México 2019. https://www.bbvaresearch.com/publicaciones/mexico-anuario-de-migracion-y-remesas-2019/

Gelles, D. (2020, mayo). Coronavirus Shut Down the Experience Economy. Can It Come Back? The New York Times.

Li Ng, J. J. (2020, mayo 4). México: Monto récord de las remesas en un solo mes: 4,016 md en marzo (+35.8%). Observatorio Migración México.

Maliszewska, M., Mattoo, A., & Mensbruggh, D. van der. (2020). The Potential Impact of COVID-19 on GDP and Trade (Núm. 9211; World Bank).

Martínez O., A. (2020, julio 1). Asistencia para indocumentados de California no alcanza para todos. La Opinión. https://laopinion.com/2020/07/01/asistencia-para-indocumentados-de-california-no-alcanza-para-todos/

Serrano, C., Ordaz Díaz, J. L., & Li Ng, J. J. (2013). Incompatibilidad laboral: la nueva fase en la migración mexicana a EEUU. Situación Migración México, Jul (9), 26–33.

Serrano, C., Ordaz Díaz, J. L., Li Ng, J. J., & Sánchez Salinas, J. C. (2013). ¿Qué se espera para la migración y las remesas a nivel mundial y para México al cierre de 2013? Situación Migración México, Dic( 10), 5–11.

Telemundo52. (2020, junio 5). Todavía hay dinero para los indocumentados afectados por la crisis del COVID-19. Telemundo52. https://www.telemundo52.com/noticias/local/todavia-hay-dinero-para-los-indocumentados-afectados-por-la-crisis-del-covid-19/2087580/

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